Imagen familiar de Ainhoa con dos amigas en el centro al que asistía en el Port d’Andratx. | ultimahora.es

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Dos años antes del asesinato de Asunta en Santiago de Compostela, una niña de ocho años, Ainhoa murió en el Coll d’en Rebassa a causa de un fuerte golpe que le rompió el cráneo. De su muerte están acusados su madre, Antonia Martínez, y el novio de ésta, Miguel Ángel Guillén. La Fiscalía sostiene que ambos maltrataban de forma habitual a la niña y que terminaron con su vida a golpes después de que el hombre intentara abusar de ella. Lo cierto es que sobre las tres de la madrugada del 19 de junio de 2011, la niña -que tenía entonces ocho años- recibió un fuerte golpe en la cabeza. Los dos acusados que la cuidaban esa noche no avisaron a un médico hasta doce horas después: la ducharon y la acostaron. Cuando una ambulancia intervino nada pudo hacer para salvar la vida de Ainhoa.

La niña no vivía de forma habitual con su madre y no tenía relación con su padre biológico desde hacía más de seis años. Quien la crió y con quien Ainhoa vivía era con sus abuelos maternos en el Port d’Andratx. La cría apenas veía a su madre. Sin embargo, en la primavera de ese año, Antonia Martínez intensificó su relación con su hija. Había comenzado una relación con un nuevo novio con el que vivía en el Coll. La menor comenzó a visitar a su madre los fines de semana. La Fiscalía sostiene que en esos encuentros se produjeron primeros episodios de malos tratos: la niña tuvo una torcedura de muñeca, hematomas en piernas, brazos, espalda y frente y alguna herida. Nada que fuera más allá porque la madre, según el relato de la acusación, se negó a que fuera a un médico.

Violación

La secuencia desemboca en los hechos del 19 de junio. La Fiscalía sostiene que el acusado cogió con fuerza a la niña de la cadera e intentó abrirla los muslos y violarla, algo que no consiguió. Sin embargo, más tarde los dos acusados iniciaron una brutal paliza: la niña tenía heridas en la cadera, el codo, la muñeca, la espalda... Un fuerte golpe en la cabeza le fracturó el cráneo y provocó que entrara en coma profundo que la llevó a la muerte. El relato de la acusación sostiene que no se auxilió a la menor durante horas.

Los dos acusados han mantenido versiones contrapuestas durante toda la investigación y se acusan mutuamente de ser los autores del golpe mortal. Un jurado tendrá que decidir. La Fiscalía solicita para ella 18 años de cárcel y para él, 24.