En su esperada declaración, Pistorius, dijo «no poder imaginar el dolor» que la familia sufre por la pérdida de su pareja, la modelo Reeva Steenkamp, a la que el atleta confesó que mató a tiros el 14 de febrero del año pasado en su casa de Pretoria.
«Todas las mañanas, cuando me levanto, sois las primeras personas en las que pienso, por las que rezo», afirmó Pistorius con voz muy emocionada y apenas audible, dirigiéndose al banco del Tribunal Superior de Pretoria que ocupa la familia Steenkamp.
Llamado a declarar como segundo testigo de la defensa, Pistorius continuó su testimonio relatando que, desde que mató a Steenkamp, toma antidepresivos y pastillas para dormir, ha perdido peso y le cuesta dormir por las noches.
«Tengo pesadillas terribles, me despierto y siento olor a sangre», explicó el deportista paralímpico sudafricano.
El corredor, que sostiene que mató a su novia por accidente al pensar que disparaba contra un intruso que se había colado en su domicilio, esgrimió hoy, en su defensa, una serie de problemas que le han marcado durante su vida.
Pistorius contó hoy que la casa en la que vivía con su madre fue atracada en varias ocasiones durante su infancia y que su padre y su hermano han sufrido asaltos violentos con intención de robarles.
«Todo el mundo en Sudáfrica -subrayó- ha sufrido la criminalidad en algún momento».
El acusado señaló también que ha sido seguido en coche en varias ocasiones y que intervino con su arma de fuego para defender a un conductor que estaba siendo atacado en un incidente de tráfico.
La defensa apela al miedo de Pistorius a robos y asaltos armados para explicar el suceso que acabó con la vida de Steenkamp, mientras que el fiscal, Gerrie Nel, argumenta que el corredor disparó a matar a la modelo tras una discusión.
En el inicio de su testimonio y a preguntas de su abogado, Barry Roux, el velocista recordó el divorcio de sus padres y la muerte de su madre cuando él tenía 15 años, y cómo su padre, Henke, estuvo ausente la mayor parte del tiempo durante su infancia.
«Todo lo que aprendí en la vida lo aprendí de ella», afirmó Pistorius sobre su madre, Sheila, quien, según dijo, dormía con una pistola por miedo a posibles atracos.
El deportista se mostró en su declaración afectado pero entero, y mencionó también las dificultades que ha tenido debido a su discapacidad.
El atleta, que nació sin las dos fíbulas y le fueron amputadas las dos piernas cuando tenía menos de un año, relató cómo sufrió abusos y humillaciones en la escuela debido a su condición física, a los que respondió «defendiéndose» por él mismo.
«Mi familia siempre creyó que uno debe valerse por sí mismo y defender lo que uno cree», indicó, antes de referirse a las limitaciones que sigue padeciendo cuando no lleva las prótesis y camina sobre sus muñones.
«No tengo equilibrio», afirmó el atleta sudafricano, cuyo juicio por asesinato comenzó el 3 de marzo en el Tribunal Superior de Pretoria y está previsto que dure hasta el 16 de mayo.
Tanto la Fiscalía como la defensa aceptan que Pistorius no llevaba las prótesis puestas cuando abrió fuego contra Steenkamp -que entonces tenía 29 años- a través de la puerta cerrada del baño, tal y como el velocista confesó el primer día del proceso en su declaración jurada por escrito.
La defensa considera esta circunstancia un factor más para explicar la vulnerabilidad que sintió el velocista la noche del crimen, y que, según la versión del acusado, le llevó a utilizar su pistola.
Pistorius es el segundo testigo llamado a declarar por la defensa después del experto forense Jan Botha, que subió hoy al estrado después de una semana de receso por la enfermedad de una de las asistentes de la jueza, Thokozile Masipa.
El atleta se convirtió en Londres 2012 en el primero de la historia con las dos piernas amputadas en competir en unos Juegos Olímpicos y podría ser condenado a una pena de cadena perpetua si es hallado culpable -como mantiene el fiscal- de matar intencionadamente a Steenkamp.
Pistorius continuará mañana con su testimonio, durante el que deberá someterse al interrogatorio de un Nel conocido en Sudáfrica por su rigor, agudeza, perseverancia y el estilo incisivo e implacable que muestra en los juicios.
La principal prueba aportada hasta ahora por el fiscal para apoyar su versión es el testimonio de cuatro vecinos de Oscar Pistorius, que oyeron gritos de una supuesta discusión antes de los tiros que acabaron con Reeva Steenkamp.
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