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Siete heridos y un caos monumental fueron las consecuencias de una colisión en cadena que se registró en la mañana de ayer en la autopista de Llucmajor, llegando a Palma. Durante más de una hora, ese tramo registró retenciones de tráfico kilométricas y la Policía Local tuvo que colaborar con la Guardia Civil para normalizar la situación.

El accidente se produjo sobre las nueve y media de la mañana, en la salida hacia la rotonda de Can Blau, frente a Ikea. El primer vehículo que fue embestido fue un todoterreno, y acto seguido un monovolumen Citroën Picasso, una furgoneta Peugeot, un Ford C-Max y un autocar de Alsa chocaron entre ellos. Las embestidas fueron muy violentas y los vehículos implicados quedaron destrozados, a excepción del autobús, que sólo sufrió daños en su parte delantera.

Otros conductores frenaron en seco y esquivaron de forma milagrosa la colisión en cadena. Los servicios de emergencias empezaron a recibir llamadas alertando de lo ocurrido en la autopista de Llucmajor y una patrulla de la Policía Local de Palma que circulaba por las inmediaciones se topó con el caos. Sus agentes fueron los primeros en regular el tráfico y atender a los heridos, mientras empezaban a llegar las ambulancias para atender a los siete heridos. Muchos de ellos habían sufrido latigazos cervicales al ser embestido por atrás, pero su estado no revestía excesiva gravedad. Otros estaban mareados y fueron examinados en centros hospitalarios.

La llegada de las grúas, las dotaciones de la Guardia Civil de Tráfico y las ambulancias paralizaron casi por completo la circulación en ese punto kilométrico, que empezó a sumar retenciones. Un portavoz policial señaló que las colas eran «kilométricas».

«Muchos de los vehículos implicados en la colisión en cadena han quedado en estado de siniestro total, lo que da una idea de la violencia del accidente», añadió la misma fuente.

La Benemérita realizó gestiones entre los conductores y los testigos para aclarar cuál había sido la causa de la colisión múltiple.