Según el denunciante, los abusos comenzaron en el santuario de Lluc. | Elena Ballestero

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«El padre Toni me daba un beso de vez en cuando. Poco a poco, las visitas fueron más largas y degeneraron: me daba ya besos por toda la cabeza y el cuello. Yo cerraba los ojos y pensaba: que acabe ya». Ultima Hora ha tenido acceso a la denuncia que el ex ‘blauet’ de Lluc ha interpuesto ante el Obispado de Mallorca y la Policía Nacional contra el exprior Antoni Vallespir.

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En el escrito, el denunciante explica: «Entré en Lluc en 1990, con 10 años. Éramos 50 niños. De lunes a domingo estaba en el santuario. El encargado de controlarnos era el padre Toni. Dormíamos en una gran habitación, separada por dos pasillos. Fui un alumno ejemplar: sacaba muy buenas notas y en 7º fui solista principal del coro. Era el niño de los ojos de Toni. Presencié un episodio de una paliza a otro niño, y esa visión me dejó aterrado».

El ex ‘blauet’ continúa explicando: «En 8º me dijo que haríamos clases de sexualidad y debíamos pasar por la habitación todos los alumnos. Le explicamos las intimidades todos. El padre Toni me hizo preguntas sobre la masturbación y las respuestas las apuntó en un cuaderno, lo que me extrañó». Después, el denunciante cambió a un instituto en Palma. «Vivía en La Real y en septiembre de 1994 el padre Toni también cambió de Lluc a La Real. No sé si fue coincidencia. Yo sentía un gran rechazo hacia él y mucha angustia. El padre Toni era una persona muy respetada y una autoridad. A diferencia de Lluc, en La Real dormíamos en habitaciones separadas y fue ahí donde los abusos fueron más duros».