Los acusados fueron detenidos en una operación realizada por agentes de la Policía Civil del estado de Ceará en una vivienda de un municipio vecino a Camocim en la que al parecer se planeó el crimen y de la que consiguieron huir dos personas ya identificadas y que fueron señaladas como los pistoleros.
«Detuvimos a dos personas en una vivienda en la que encontramos las armas usadas en el crimen y la ropa utilizada por los pistoleros, así como una fotografía del periodista, y ya solicitamos la detención de los otros dos», dijo a Efe el comisario de la Policía Civil de Camocim, Herbert Ponte e Silva.
Según el comisario, las dos personas detenidas ya han revelado detalles sobre cómo fue planeado y ejecutado el crimen.
«Ahora vamos detrás de los dos pistoleros, que huyeron hacia una región boscosa sin armas, sin transporte y descalzos, y a intentar identificar quién encomendó el crimen», agregó el comisario.
El periodista había recibido amenazas de muerte por las denuncias de corrupción que hacía contra políticos locales.
Ponte e Silva agregó que la Policía también se incautó de 1.800 reales (unos 515 dólares) en dinero y de los chips de los celulares usados por los sospechosos, que se espera que sirvan para localizar a los responsables intelectuales.
El crimen se registró en los estudios de la Radio Liberdade FM, en Camocim, y provocó conmoción debido a que el locutor transmitía en directo en el momento en que fue tiroteado.
Los dos pistoleros, que se hicieron pasar por posibles anunciantes para entrar en la emisora, irrumpieron en el estudio donde Carvalho se encontraba, le dispararon tres veces, dos en la cabeza, y se dieron a la fuga.
Carvalho era conocido en la zona por hacer un programa en el que denunciaba prácticas corruptas de diversos políticos, motivo por el que había recibido numerosas amenazas en su perfil de Facebook.
Los cuatro sospechosos, desconocidos en Camocim, al parecer esperaban el transporte en el que iban a huir después del crimen.
El asesinato de Carvalho fue condenado por el Comité para la Protección de los Periodistas (CNJ), que, en un comunicado divulgado en Nueva York, instó a las autoridades a llevar a la justicia a los autores de este nuevo atentado contra la libertad de prensa en Brasil.
«La violencia contra la prensa en Brasil ya había alcanzado niveles inaceptables. Ahora estamos aturdidos con el asesinato de Glydson Carvalho en medio de su programa de radio», afirmó Sara Rafsky, investigadora de la CPJ, citada en el comunicado.
Tras el nuevo atentado «contra el derecho de los brasileños a ser bien informados y que segó la vida de otro periodista», la CPJ dijo que la violencia letal contra la prensa viene creciendo en los últimos años en Brasil.
«Otros tres periodistas fueron asesinados este año en represalia directa por su trabajo, incluyendo dos que fueron torturados y muertos en menos de una semana en mayo. Por lo menos 16 periodistas fueron asesinados en represalia directa por su trabajo en Brasil desde 2011», según la CPJ.
En mayo, tras el asesinato de dos periodistas en la misma semana, la Asociación Nacional de Diarios (ANJ, por sus siglas en portugués) denunció el «clima de impunidad» que se da en relación al homicidio de periodistas en Brasil, lo que según la patronal, contribuye a «que se repitan las violaciones a la libertad de expresión».
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