El tribunal considera probado que el hombre intentó asesinar a sus dos hijos, que entonces tenían 6 y 21 años, mientras dormían en su domicilio de Palma, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Balears.
Para fijar la pena de 20 años de prisión, la sección primera del tribunal provincial ha aplicado la circunstancia agravante de parentesco con las víctimas.
El fallo establece que el condenado deberá indemnizar a los hijos, con 35.095 euros a uno y 35.140 al otro por el daño moral y físico causado, y a su exmujer con 1.100 euros. Además condena al pago de las costas procesales, incluidas las de la acusación particular
Además le priva de la patria potestad de uno de ellos, el único menor de edad, y le prohíbe que se aproxime a menos de 500 metros de ambos y de su exesposa o que se comunique con ninguno de ellos.
La sentencia relata que el condenado, en la madrugada del 7 de febrero de 2014, tras asegurarse de que su mujer (con quien estaba en trámites de separación) se había ido a dormir a otra habitación, llenó un barreño con lejía y otro de salfumán en la habitación donde él dormía con sus hijos, estando estos dormidos, cerrando puertas y ventanas.
No logró su propósito porque la hija mayor se despertó al no poder respirar, sacó de la habitación a su hermano, que presentaba síntomas de asfixia, y avisó a su madre, que se había despertado al oír toser a sus hijos.
La mujer llamó a la policía y se marchó a casa de un vecino a esperar a una ambulancia.
La policía encontró una nota en la cartera del hombre donde indicaba que había tres cintas en la guantera de su coche donde explicaba su situación, con una anotación que indicaba que eran para la policía, la Audiencia Provincial y su familia.
Según el tribunal, el hombre sabía que los productos que mezcló liberan gas cloro, altamente tóxico, porque había estado trabajando con ellos durante muchos años como limpiador de piscinas.
La Audiencia de Palma considera que cuando ocurrieron los hechos, la capacidad de raciocinio y juicio del hombre no estaban afectadas aunque ese día había ingerido bebidas alcohólicas.
El tribunal considera que la declaración prestada por la hija contando lo ocurrido es la prueba fundamental de cargo contra el hombre y además viene corroborada por las declaraciones de la madre y los policías que acudieron al domicilio, mientras la explicación del acusado presenta contradicciones y falta de refrendo.
La sentencia recoge que el hombre compró el salfumán exprofeso, grabó unas cintas explicando sus problemas y dejó una nota preparatoria e hizo que sus hijos durmieran con él.
Precisa que el padre «empleó medios altamente peligrosos para el ataque» a sus hijos «con consecuencias letales y capaces de provocar la muerte», y además al verse descubierto, se deshizo de los productos. Además relató en un primer momento a los policías que quería suicidarse y acabar con todo.
La sala considera que la situación creada por el hombre al mezclar los productos y dejar que sus hijos inhalaran el gas tóxico en una habitación cerrada «era idónea para causar la muerte».
La sentencia no es firme, ya que puede recurrirse en casación ante el Tribunal Supremo.
1 comentario
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solo 20 años es muy poco un hijo es para toda lavida