El monitor acusado, en el banquillo de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma. | Guillermo Esteban
La compañera de trabajo del monitor acusado de reiterados abusos sexuales en un colegio de Palma notó un comportamiento chocante en el joven. Vio algo «raro», recuerda, un viernes lluvioso. Fue en la Sala de Dormilones, un aula habilitada para el descanso de los alumnos de tres años. Allí se produjeron los supuestos abusos, entre septiembre de 2010 y abril de 2011. «Mi compañero estaba sentado rodeado de niños. Tenía a una nena delante de él. Estaba muy tensa y me miraba fijamente. Él la abrazaba y le daba besos por el cuello. No me pareció normal que la besara por el cuello. Esa actitud era más propia de una pareja», señaló la mujer ante el tribunal de la Audiencia en la última jornada del juicio, que quedó visto para sentencia.
4 comentarios
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me parece fenomenal que el perdón católico este tan presente en la sociedad mallorquina.... fenomenal... pero si este individuo es culpable que sean los que piensen que dentro de 12 años no volverá a tocar... los que le entreguen sus hijas de 3 años en una escuela... fenomenal
Este tipo debería pudrirse en la cárcel.
De acuerdo con Totai. No entiendo que si vieron o sabían no lo denunciaron o informaron a los superiores. Que si lo hicieron, pero resulta que la jefa era la madre del " tipo" y recibieron presiones. Me dirás que los trescientos euros ( no llegan ) que cobran, están por encima de defender a unas pobres niñas. Me dice mucho de la sociedad. Ahora se pueden llenar la boca de todo lo que vieron, pero me quedo con todo lo que no hicieron.
Supongo que la complera a la que le extrañó tanto los besos en el cuello le denunció inmediatamente no???