La expectación por el traslado de los detenidos de la ‘operación Iron Belt’ fue máxima. | Pere Bota

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Los días de vino y rosas para los narcos de la Isla se han acabado. Tras un sonrojante período en el que parecía que gozaban de cierta impunidad, la Guardia Civil y la Policía Nacional han declarado la guerra total a estas organizaciones, que ganan cantidades descomunales de dinero. Los números cantan: desde el 16 de junio, es decir, en un mes y medio, se han culminado seis grandes operaciones antidroga y han sido arrestados 116 traficantes.

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El calvario para las principales bandas empezó el 16 de junio, con una inusual operación conjunta entre el CNP y la Benemérita, bautizada como ‘Opps-Manatí', que golpeó al narcotráfico dominicano en Palma, Marratxí y Can Picafort. Cayeron 25 sospechosos. Días después, el 20 de junio, se desarrolló la ‘operación Mirlo', de la Policía Nacional contra el clan de 'El Moreno', en Son Banya. Hubo 11 detenidos. El 23 de junio llegó la ‘operación Formosa', en la que la Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor apresó a 19 traficantes. Julio ha continuado con esta tendencia. El día 6 la ‘operación Tarántula 'asestó un duro golpe al clan de ‘Los Valencianos', en Sant Jordi. 15 narcos fueron arrestados. Tres días después, llegó la culminación de la madre de todas las operaciones: ‘Iron Belt'. La Policía Judicial de la Guardia Civil de Algaida capturó a 42 vendedores de coca y decapitó los poderosos clanes de ‘La Eva' y ‘Los Benabad', que controlaban Son Banya a su antojo. El viernes, la ‘operación Dajú' acabó con la organización que suministraba la cocaína a Punta Ballena. En su primera fase ha habido cuatro detenidos. Es un verano que los narcos no olvidarán en mucho tiempo.