Kini, vendedor de la ONCE, junto a su cabina destruida por un accidente de tráfico | Alejandro Sepúlveda

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La colisión entre dos coches que dejó un fallecido en un cruce junto a s’Escorxador destrozó una cabina de la ONCE. José Marcos, un murciano conocido como ‘Kini’, trabajaba allí desde hacía dos años.

Otro vendedor de la ONCE ha colocado un pequeño tenderete junto a los restos de cabina. Es provisional. «Me da pena porque mi quiosco era un punto de venta emblemático de la zona. Tengo a mis clientes fijos y la gente ya me conoce», dice ‘Kini’, que lamenta lo sucedido. El vendedor acudió a su caseta para salvar algún objeto, aunque no había nada de valor. Solo el cargador de la máquina para vender cupones y el móvil de empresa. La zona estaba precintada por la Policía Local y aún había manchas de sangre en el suelo.

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La cabina estaba instalada en la acera de la calle Francesc Suau desde hacía 30 años. Tiene la misma edad que ‘Kini’. «El punto de venta es algo simbólico de la zona. No te imaginas la calle sin el quiosco. Yo he perdido mi quiosco, pero lo peor es que un hombre murió», relata el vendedor de la ONCE.

«Me da pena que algo emblemático haya volado», añade. «Tengo la incertidumbre de si volverán a poner el quiosco. La empresa se ha comprometido a instalarlo», dice optimista. No le apetece volver a rodar de cabina en cabina. Había encontrado en esta la estabilidad. «Cuesta por mí, cuesta por el perro, cuesta por muchas cosas».

Tras el accidente, 'Kini' ha sido reubicado en un quiosco que hay junto a la Cruz Roja de Palma. Está de forma temporal.