Dispositivo de rescate de Xisco Gràcia. | Alejandro Sepúlveda

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El espeleólogo Xisco Gràcia, que fue rescatado este lunes con vida de la cova de Sa Piqueta en Manacor tras más de 60 horas atrapado, ha explicado este martes que llegó a pensar que su compañero de expedición Guillem Mascaró no había conseguido salir de la cueva y que «no me encontrarían».

Gràcia, que en declaraciones a la Cadena Ser ha manifestado que se encuentra recuperado tanto física como mentalmente, «como si no hubiese pasado nada», ha afirmado que tiene ganas de continuar con su labor de exploración de la Mallorca subterránea a pesar del incidente que casi le cuesta la vida.

«Yo estaba preocupado por Guillem, que no le hubiese bastado el aire para volver a la salida, ya que tenía que tomar el camino más largo y con visibilidad cero, lo que hacía complicado encontrar el camino», ha recordado el espeleólogo mallorquín.

Xisco Gràcia y Guillem Mascaró han explicado que, ante la escasez de aire en sus bombonas, decidieron volver a una cámara con aire y que Xisco esperase allí mientras Guillem, con su bombona y la de su compañero, intentaba llegar a la salida de la cueva.

La ausencia de luz, sólo usaba su linterna para para recoger agua dulce y hacer sus necesidades, y la falta de un reloj, provocaron que Xisco Gràcia perdiese la noción del tiempo. «Tanto tiempo de espera, sin reloj, provocó que no supiese cuantos días habían pasado, pensaba que eran cinco», ha relatado.

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Gràcia ha reconocido que llegó a pensar que no conseguiría salir de la cueva. «Estaba triste por Guillem, porque pensaba que no lo había conseguido y también por mi porque creía que el rescate no llegaría».

«Si hubiese sabido que Guillem lo había conseguido hubiese estado mucho más tranquilo y la espera habría sido más fácil de soportar».

Por su parte, Mascaró ha relatado que cuando Bernat (del Grup Nord) encontró a Xisco, éste no se creía que había conseguido salir con vida de la cueva. «Le dijo que yo estaba bien y no se lo podía creer».

Ambos espeleólogos hablaban por primera vez entre ellos desde el incidente y Guillem le contó a Xisco cómo consiguió encontrar la salida. «Por suerte el agua estaba muy limpia en la ruta que seguí».

Los dos han negado haberse perdido y que los problemas que tuvieron fueron por falta de aire ya que la poca visibilidad de la cueva, con lodo tanto en el fondo como en el techo -que se desprendía con las burbujas de aire- hacían muy complicada la visibilidad. «Era como nadar en leche con cacao», apuntó Mascaró.