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Entre la tibieza del alcalde Hila y el optimismo desaforado del comisario Palouzié quedó este viernes un limbo: el discurso que no pronunció la regidora de la Policía Local, Angélica Pastor. La Diada que se celebró en el Castell de Bellver se desarrolló sin incidentes ni protestas, pero con una escasa presencia de agentes. La paz, por mucho que anuncie el jefe de policía, se intuye lejana.

Al acto asistieron la consellera de Hisenda, Catalina Cladera; el vicepresidente primero del Parlament, Vicenç Thomas; el fiscal superior, Bartomeu Barceló y el comandante general de Illes Balears, Juan Cifuentes, que además recibió una medalla. Otros premiados fueron el fiscal José Díaz Capa y los agentes de la Guardia Civil que desarticularon la ‘banda del taladro', encabezados por el sargento Marcos López. El mayor Tomás Brull recibió dos distinciones. Entre los policías locales se concedieron 58 medallas: 17 de ellas verdes, 2 azules y 29 blancas. El alcalde José Hila destacó «más allá de las dificultades y peligros que os acechan, vuestra presencia trasmite confianza y tranquilidad al conjunto de la ciudadanía».

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El comisario Josep Palouzié, por su parte, se refirió a la crisis interna provocada por la cascada de detenciones e imputaciones de agentes supuestamente implicados en la trama de extorsión policial. Y sorprendió a propios y extraños al dar por concluido el cisma: «A nivel interno la crisis que generó la detención y procesamiento de algunos agentes por casos de corrupción ha sido totalmente superada y será la justicia quien determinará su culpabilidad o implicación».

Angélica Pastor, como ya ocurrió con la Diada de los bomberos, prefirió no pronunciar ningún discurso. Según la versión oficial, optó por dar todo el protagonismo al alcalde Hila y al jefe Palouzié.