Graciela, junto a su ‘Golden retriever’, en la plaza Progreso de Palma. | Redacción Sucesos

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Un grupo de jubilados montan guardias e impiden que los perros accedan al parque de la plaza Progreso. Graciela es la propietaria de un Golden retriever de color blanco que denuncia el escrache que están sufriendo los propietarios de los canes de la barriada. «No hay derecho. Yo siempre suelo llevar a mi perro por la zona ubicada detrás de la clínica Juaneda, pero los días que llueve prefiero sacarlo por la plaza Progreso, en la barriada de Santa Catalina. Ya me ha pasado varias veces que cuando intento acceder a la zona ajardinada un grupo de jubilados, encabezados por un exbanquero del barrio, nos ataca y nos pide que nos vayamos», señala Graciela.

Según el relato de la denunciante, los jubilados que acuden a diario con sus nietos al parque infantil, montan guardia y tratan de impedir que entren los perros. «Yo no soy ninguna follonera ni quiero montar lío, pero tampoco hay derecho de que esta gente se apodere de un espacio público. Se justifican diciendo que la plaza es para los niños y que los perros no pueden entrar. Yo entiendo que los animales no deben entrar en la zona delimitada de juegos infantiles. Eso es de sentido común. Siempre he sido muy respetuosa y recojo las cacas. Hay que ser cívicos y respetar a todo el mundo», añade la dueña del can.

Este jueves el enfrentamiento entre la propietaria del Golden retriever y los jubilados fue subiendo de tono y acabó con varias llamadas a la Policía Local de Palma. «Si los perros no pueden entrar en la plaza, el Ayuntamiento deberá colgar carteles de prohibición, mientras tanto, lo traeré siempre que quiera», concluye.