La testigo protegido número 31, en una entrevista concedida a un programa de televisión nacional. | R.D

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La testigo protegido número 31 del ‘caso Cursach’ será juzgada por un delito de denuncia falsa en otra causa. La víctima, a principios de 2015, encomendó a la testigo, que entonces trabajaba como mediadora de una empresa de seguros, la concertación de una póliza para su negocio. La perjudicada, tras llegar a un acuerdo con la mujer, abonó primero 500 euros en efectivo y después 423 en la cuenta bancaria de la testigo, que no tramitó la póliza. La entidad aseguradora comunicó a la denunciante que la póliza había quedado suspendida porque no había abonado su importe total.

La testigo protegido, en julio de 2015, acudió a la Policía e hizo una afirmación falsa, según el auto de la jueza titular del juzgado de Instrucción número 2 de Palma. La mujer dijo que la denunciante le había amenazado por teléfono. Se incoaron diligencias judiciales y se señaló fecha de juicio para enero de 2016. En diciembre de 2015, la testigo 31 renunció a continuar el procedimiento. Estos hechos, para la magistrada, son constitutivos de un delito de denuncia falsa.

La acusación particular, ejercida por Vicente Campaner, el abogado que se ha querellado contra el juez Penalva y el fiscal Subirán, reclama una condena de tres años de cárcel para la testigo protegido por un delito de estafa. El letrado también solicita una multa de 24 meses a razón de 12 euros diarios por un delito de denuncia falsa.
La testigo, según el escrito de la acusación particular, reconoció a su jefe que había aprovechado su puesto de trabajo en la empresa de seguros para ingresar en su cuenta particular el dinero de la póliza.

El dueño de la entidad le pidió que le devolviera el importe y la mujer le entregó los 923 euros antes de ser despedida. El 28 de julio de 2015, la acusada, «promovida por el rencor de que la perjudicada hubiera contado lo que sucedió a su empresa y, por ello, la despidieran y le obligaran a devolver el dinero que le estafó» acudió a la Policía. «Simuló haber sido víctima» de unas amenazas. «Faltó a la verdad sobre su relación con la perjudicada, ofreciendo datos falsos de la póliza del seguro que contrató e inclusive afirmando que le había prestado 4.500 euros y que la clienta solo le había pagado 423», recoge la acusación en su relato.
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