Numerosas personas asistieron al funeral de en Xalapa, México. | Reuters

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Miles de mexicanas en distintas ciudades marcharon contra los feminicidios tras la conmoción que causó el asesinato de la joven Mara Fernanda Castilla, presuntamente violada y estrangulada por el conductor de un coche Cabify poco después de abordar el vehículo.

«¡Estoy herida! ¡Estoy furiosa», gritaban este domingo al unísono las manifestantes desde las calles del centro de la Ciudad de México.

«Pido a la justicia que no haya impunidad. Pero no solo que no haya impunidad, sino una sola mujer muerta por crímenes violentos y por el simple hecho de ser mujer», dijo a Efe Beatriz Cossío, activista y abuela.

Cossío, del colectivo Mujer y Justicia, era una de las muchas mujeres que hoy protestó entre la impotencia, la rabia y el llanto.

Algunas vestidas de luto, otras con cruces rosas, y la mayoría coreando los lemas «Vivas nos queremos» y «Ni una menos», unas tristes consignas repetidas hasta la saciedad en un país donde asesinan un promedio de siete mujeres al día.

Mara era del estado de Veracruz, tenía 19 años y estudiaba Ciencias Políticas en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep).

La madrugada del 8 de septiembre abordó un vehículo inscrito en Cabify al salir de un bar en Cholula, en el céntrico estado de Puebla, para ir a su casa.

Desapareció y fue hallada muerta una semana después, envuelta en una sábana de un motel y abandonada en un barranco.

De acuerdo con la Fiscalía de Puebla, el único responsable es el conductor del vehículo, identificado como Ricardo N., quien en lugar de dejarla en su casa la llevó a un motel cercando donde la violó, golpeó y estranguló.

Como pruebas del delito, los teléfono de Mara y del detenido estuvieron en los mismos lugares tras la desaparición de la joven, incluso en casa del detenido, en Tlaxcala, agregó.

La fiscalía tratará de que el detenido sea juzgado por el delito de feminicidio, castigado con 60 años de prisión, así como de violación, privación de la libertad y robo.

Antonieta Buñuelos, licenciada en Ciencias Políticas, explicó a Efe que el caso le ha tocado muy de cerca porque su madre era profesora de Mara en la UPAEP. Además, consideró que es un ejemplo de la inseguridad que padecen a diario las mujeres en el país.

«Sabemos que los taxis son muy peligrosos, pero una empresa como Cabify en teoría te da más garantías», lamentó.

En 2015 fallecieron por diversas causas 291.637 mujeres y niñas, y el 1 % del total de las muertes fueron homicidios.

Además, 63 de cada 100 mujeres de al menos 15 años ha padecido algún incidente de violencia, según el instituto de estadística de México.

Este crimen «refleja que el Estado ha incumplido, y mientras haya impunidad se manda un claro mensaje de que estos asesinatos, estos feminicidios, pueden seguir ocurriendo», denunció a Efe la directora Ejecutiva de Amnistía Internacional México, Tania Reneaum.

Hoy, además de críticas al Estado por no impedir la violencia contra las mujeres, se hicieron también muchas llamadas a la prevención.

El profesor de bachiller Rafael García, uno de los hombres que también participó en la marcha, apostó por la educación y por culpar a los «perpetradores de la barbarie», y no a las víctimas.

Salió así en defensa de Mara, pues en redes sociales varios usuarios la tacharon de irresponsable porque, siendo mujer, se atrevió a tomar un taxi sola a altas horas de la noche. «Culturalmente estamos educados por machos», denunció el profesor.

La indignación por este brutal asesinato se ha sentido en ciudades como Mérida, Puebla, Xalapa, León, Torreón o Guadalajara.

En Guadalajara, capital del occidental estado de Jalisco, unas 500 personas, en su mayoría mujeres, marcharon por las principales calles del centro histórico acompañadas de tambores, megáfonos y pancartas con frases escritas como «Quiero llegar viva a casa», «A Mara la mató la impunidad».

En un comunicado conjunto, los colectivos consideraron que «los niveles de violencia física, violaciones, feminicidios y demás abusos son imperdonables».

El crimen de Mara se suma al de otros casos este año como el de Valeria, una niña de 11 años violada y asesinada en un transporte público del céntrico Estado de México, o el de Lesvy Osorio, que apareció ahorcada en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en un aparente suicidio repleto de incongruencias.

Esta muerte, en la que finalmente se imputó al novio de la joven Lesvy por no evitar el supuesto suicidio, popularizó la etiqueta '#simematan' en Twitter.

Un «hashtag» que llegó a utilizar Mara, a modo de denuncia, cuatro meses antes de su propio asesinato: «#SiMeMatan es porque me gustaba salir de noche y tomar mucha cerveza», escribió.