El acusado, en el juicio celebrado este lunes en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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«La segunda vez que me contrató me llevó a un descampado en Llucmajor. Fue muy bruto. Sentí un pinchazo atrás. No era yo misma, estaba temblando». Una prostituta explicó este lunes en un juicio celebrado en la Audiencia Provincial que un cliente abusó de ella tras grabarla y drogarla con burundanga en mayo de 2014. El acusado, español de 56 años, negó que la drogara.

La primera vez que el hombre contrató los servicios de la víctima fue en marzo de 2014. «La recogí en la Escola Graduada y nos fuimos a un callejón de Puig de Ros. Allí la grabé con su consentimiento», indicó.

La segunda ocasión, el 20 de mayo de ese año, fue exactamente igual según el acusado. «Yo le pregunté si se dejaba grabar y ella accedió. No utilicé la violencia ni la intimidación. Tampoco la drogué». El hombre grabó cómo se desnudaba en el asiento de atrás y el acto sexual. «Los vídeos los descargué en el ordenador y después los guardé en un disco duro para consumo propio».

El acusado reconoció que aquellos días buscó en internet información sobre la burundanga, la droga que anula la voluntad. «Había visto en la prensa su existencia y me metí para informarme. Quería ver lo que era, sus efectos», admitió.

La perjudicada contó al tribunal que no quería que le grabara en ninguna ocasión, pero aceptó porque necesitaba el dinero. La mujer acudió al hospital al día siguiente. «Ha pasado mucho tiempo y no recuerdo la fecha ni la hora, pero sí lo que sucedió». La Fiscalía pide ocho años de cárcel para el hombre por abusos sexuales.