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El directivo de Grupo Cursach, Tolo Sbert, habría llamado al director general de Turismo del Ayuntamiento de Calvià, Jaime Nadal, y habría realizado otras llamadas con el objetivo de presionar para paralizar unas obras que estaba realizando una empresa de la competencia.

Así lo revelan conversaciones telefónicas intervenidas por los investigadores recogidas en el sumario de la trama de corrupción policial, cuyo secreto se ha levantado de manera parcial recientemente.

De esta manera, Sbert, junto a Bartolomé Cursach hijo se pusieron en contacto en distintas ocasiones con personal del ayuntamiento para paralizar estas obras. En una ocasión Sbert y el gerente del Grupo Cursach, F.P., comentaron que tenían que hablar con «estos» del Ayuntamiento para paralizarlo.

Asimismo, Sbert también habló con A.T., que finalmente consiguió paralizar la obra, para darle instrucciones y para que fuera al Ayuntamiento para que se dieran por terminadas las obras «sí o sí», según se recoge en el sumario.

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Por otro lado, otras conversaciones desvelan que el ex inspector de la Policía Local de Palma, Antoni Bergas, utilizó sus relaciones y contactos como antiguo miembro de la Policía para buscar la manera de no pagar sanciones o retirar multas a sus conocidos.

Así, habría presionado a la coordinadora general de Infraestructuras, Virgina Abrahams, a quien habría llamado «subnormal» para que permitiesen la instalación de unas pancartas del Grupo Cursach, que habían sido retiradas por sus deficiencias.

También habría amenazado con efectuar una serie de denuncias sobre otros eventos o establecimientos de la competencia si no se doblegaban a sus peticiones.

Según las conclusiones iniciales del juez, Sbert le habría a dicho a Bergas que no cumpliese las amenazas por las repercusiones. Además, se resalta que el estatus de Bergas en la organización del Grupo es tal que se le permite tomar decisiones y asistir a reuniones de alto nivel.