Operarios de la funeraria retiran los cuerpos. | Jaume Morey

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Vecinos de la calle Gabriel Maura, de Palma, donde el viernes una mujer de 42 años mató a su hijo de 13 años y luego se suicidó, se mostraban este sábado incrédulos por lo ocurrido. El suceso ocurrió en un tercer piso del número 4, donde las persianas y ventanas estaban abiertas el sábado para que se ventilara. En el portal ningún indicio reflejaba la tragedia que se había registrado allí horas antes, excepto un leve olor a quemado. La vivienda no estaba precintada y no había sufrido ningún daño aparente desde fuera.

Residentes

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Entre los residentes de la finca, incredulidad y desconcierto. Todos los que fueron consultados prefirieron mantenerse en el anonimato. Uno de ellos explicó: «A ella no la conocía, hay pisos que se alquilan y viene y va gente nueva, te haces con los vecinos de siempre, pero no había creado ningún conflicto». «El viernes por la tarde empezaron a llegar policías y los bomberos, pensamos que era un incendio pero no nos dijeron nada. Después supimos lo ocurrido y nos quedamos impactados, nunca piensas que una tragedia así pueda ocurrir tan cerca de tu casa».

La investigación policial apunta a que la mujer mató a su hijo, que padecía autismo, y se suicidó junto a él. Los dos cuerpos fueron hallados en un cuarto sin ventilación, con la puerta bloqueada por dentro intoxicados por monóxido de carbono de un brasero manipulado. En la casa también fue hallado muerto el perro.

El novio de la mujer encontró los cadáver el viernes por la tarde. La mujer, que al parecer sufría depresión, había manifestado sus intenciones antes al padre del niño.