Un agente de la Policía Local de Bunyola. | Alejandro Sepúlveda

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Guerra abierta en el seno de la Policía Local de Bunyola. El actual jefe del Cuerpo, el oficial Jaume Mestre, mantiene desde hace meses una lucha encarnizada contra varios de sus hombres.

El último capítulo se vivió esta pasada semana cuando desde el Ayuntamiento de Bunyola se comunicó de manera oficial a tres agentes -dos hombres y una mujer- la apertura de un expediente administrativo para cada uno de ellos.

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El caso más llamativo ha sido cuando la Jefatura procedió a la apertura de un expediente a uno de sus funcionarios policiales por solicitar una baja médica «muy sospechosa» gracias a la cual pudo disputar un torneo de billar.

En su escrito acusatorio, el jefe señala que el policía pudo simular un dolor de lumbalgia que le impedía ejercer su actividad policial, pero por lo visto no le molestaba para disputar un torneo de billar. Además, el jefe también ha interpuesto una denuncia ante el cuartel de la Guardia Civil de Pont d'Inca contra otro de sus hombres al que acusa de robar un chaleco antibalas.

Al margen de la investigación y propuesta de sanción para el policía experto en jugar a billar, hay dos policías más expedientados. Una agente (mujer) por negarse a cachear a tres ‘claveleras' de etnia gitana durante un control rutinario y otro al que acusa de un presunto delito de denegación de auxilio por funcionario público. El jefe dice que el agente no acudió a la llamada de una víctima alegando que ya se había acabado el turno y que estaba cambiado de ropa. De los nueve policías del municipio, tres están expedientados.