Según relata un comunicado del cuerpo policial hallaron en la vivienda a «nueve niños más, con edades comprendidas entre los 4 meses y los 11 años, que vivían en la miseria y en condiciones insalubres e inseguras. La madre, Ina Rogers, una residente de Fairfield de 30 años, fue arrestada e ingresó en la cárcel del condado de Solano por negligencia infantil. Los 10 niños fueron puestos bajo custodia protectora por los Servicios de Bienestar Infantil del Condado».
Así, con la ayuda de los servicios de atención a la infancia y la Oficina del Fiscal del Distrito del condado de Solano, los detectives de la Unidad de Violencia Familiar del Departamento de Policía de Fairfield iniciaron una investigación, revelando «una larga y continuada historia de abusos físicos y emocionales severos a los niños».
Entre ellos se investigan situaciones de ahogamiento simulado, disparos con perdigones y quemaduras deliberadas con agua hirviendo, entre otras, una realidad que ha conmocionado a los profesionales que se han ocupado de este terrible caso.
Como resultado de la investigación, se emitió asimismo una orden de arresto para Jonathan Allen, el padre de los niños de 29 años, que ahora, semanas más tarde, ha sido detenido e igualmente ingresó en el penal del condado, acusado de 9 cargos de tortura y 6 cargos por abuso de menores.
«El Departamento de Policía de Fairfield se compromete a garantizar la seguridad de nuestro mayor activo y futuro, los niños de nuestra comunidad», expresa el cuerpo policial.
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