Los vecinos de la popular barriada palmesana de Sant Agustí están en pie de guerra. La Empresa Municipal de Transportes de Palma (EMT) anunció hace unos días que modificaba el recorrido de la línea 20 (Sant Agustí-Son Espases) para enlazar Son Espanyolet con el hospital público, pero esta reprogramación del itinerario no ha gustado nada a los vecinos de Sant Agustí. | Ultima Hora

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Los vecinos de la popular barriada palmesana de Sant Agustí están en pie de guerra. La Empresa Municipal de Transportes de Palma (EMT) anunció hace unos días que modificaba el recorrido de la línea 20 (Sant Agustí-Son Espases) para enlazar Son Espanyolet con el hospital público, pero esta reprogramación del itinerario no ha gustado nada a los vecinos de Sant Agustí, que se sienten perjudicados por la eliminación de cinco paradas, lo que supone que «nos ha dejado prácticamente sin servicio de autobús y no nos vamos a rendir», asegura Pilar García, una de las vecinas que encabeza la movilización vecinal iniciada tanto en la calle como en las redes sociales y que ha llevado a recoger, hasta el momento, más de 400 firmas.

«El Ajuntament de Palma carece de humanidad. Han dejado a todo un barrio incomunicado. En esta zona todas las calles tienen mucha pendiente y las personas mayores, mujeres embarazadas, niños y discapacitados no van a poder ir a comprar, al médico o al colegio», apuntan los vecinos. «Los que vivimos aquí tenemos un derecho adquirido desde hace más de ocho años y no nos lo pueden quitar de forma arbitraria», concluye Pilar García.

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Los vecinos, al margen de la recogida de firmas, no descartan tomar otro tipo de medidas. En los bares y cafeterías de la zona se habla de realizar sentadas pacíficas en la calle Joan Miró, realizar pitadas y abucheos a los políticos durante sus visitas al barrio o colapsar la centralita de la EMT con llamadas vecinales.

«Lo más curioso de todo son los argumentos expuestos por la EMT. Dicen que se eliminan las paradas por problemas de circulación. A los iluminados del Ajuntament hay que recordarles que por mucho que llueva las calles llevan más de 30 años sin encoger», comenta Joan Bibiloni, otro de los afectados.

Los residentes cargan duramente contra el regidor de Mobilitat, Joan Ferrer, al que acusan de actuar con nocturnidad y alevosía. «No se ha reunido con nosotros y no nos quiere escuchar», concluyen.