Aziza El Maroufy, con dos de sus hermanos. | Elena Ballestero

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La encontramos en la calle, afanándose con sus hermanos y vecinos en la limpieza de las calles y casas destrozadas por la tormenta con una enorme sonrisa en el rostro. Aziza El Maroufy, con solo once años de edad, es junto a su familia, una de las heroínas de la noche de la tragedia en Sant Llorenç. Relata una de las heroicas historias que van saliendo a la luz en las últimas horas.

Desde el primer piso en el que reside, la familia Maroufy vio cómo el agua empezaba el pasado martes por la noche a subir de nivel y no se lo pensó dos veces a la hora de salvar, no solo a sus vecinos de abajo sino también a los de la casa de al lado. «Cuando empezó a llover subimos a cinco personas y dos más por la terraza», explica la pequeña. «Con mi padre y mi hermano utilizamos la cadena del aljibe para poder tirar de ellos y al final lo conseguimos. Tenemos también una vecina como de ochenta años; fue un buen susto, pero al final los pudimos salvar a todos», explica orgullosa.

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Mira al futuro

A Aziza El Maroufy la tormenta no le ha borrado la sonrisa. Imagina cómo dentro de unos años contará lo vivido a sus descendientes. «Imagino que sí, que se lo contaré a mis hijos o a mis nietos», explica la pequeña, encantada de colaborar con la limpieza para que sus convecinos puedan recuperar lo antes posible la normalidad. El agua se quedó a unos palmos de entrar en su propia vivienda pero esta no sufrió daños.