Dos agentes de la Guardia Civil trasladan a prisión al joven detenido por tres atracos en Magaluf. | Guillermo Esteban

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No se acuerda de nada. La noche del pasado 28 de septiembre fumó marihuana y tomó éxtasis. El joven que cometió un brutal atraco a un anciano en Magaluf ingresó este miércoles en la cárcel de Palma. La jueza titular de Instrucción número 4 tomó declaración al sospechoso, de 20 años, y dictó la prisión provisional. El chico se reconoció en algunas fotografías que le mostraron de las cámaras de videovigilancia instaladas en los locales de la zona.

Aquella noche estuvo de fiesta con amigos. Aseguró que no recordaba nada de lo sucedido la mañana del día siguiente y que estaba muy arrepentido. El agresor, detenido por la Guardia Civil, cuenta con numerosos antecedentes policiales. Ha sido condenado recientemente por robo con violencia, según confirmaron ayer fuentes judiciales. El joven manifestó ante la jueza que consume sustancias estupefacientes a diario.

El detenido asaltó a Rafael Miranda, conocido como ‘El Peseta', en la calle Galeón de Magaluf, a las siete menos cuarto de la mañana del sábado 29 de septiembre. Sorprendió al hombre, de 80 años de edad, por detrás. Le hizo una llave, lo asfixió y lo dejó sin conocimiento para robarle 100 euros de la cartera. El anciano cayó al suelo, se golpeó la barbilla y se mordió parte de la lengua. Presentaba graves heridas y fue ingresado de urgencia en Son Espases de Palma. La víctima permaneció más de una semana en el hospital.

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Algunos testigos que pasaban por la calle, al ver al hombre tirado en el suelo, avisaron a la Policía Local de Calvià. Los agentes se personaron enseguida en el lugar para atender al herido y llamaron a una ambulancia que lo trasladó al hospital. ‘El Peseta' tenía dificultades para describir al agresor. Tan solo recordaba dos datos: que era un tipo fuerte y de piel blanca.

El atracador volvió a actuar quince minutos más tarde. Pidió un euro al conductor de un minibús que se negó a dárselo. El joven le propinó un puñetazo que le rompió la nariz, pero aún así no consiguió arrebatarle la cartera.

La escalada de violencia siguió. A las ocho de la mañana accedió a un local de pizzas y hamburguesas de Magaluf para robar un móvil. El asaltante hizo la misma llave a una trabajadora aunque no logró apoderarse del teléfono. La mujer sufrió cervicalgia y dolor en ambos brazos tras la agresión.