Los hechos ocurrieron el pasado 12 de febrero cuando el detenido se personó en el convento a la hora del reparto de alimentos y, sin motivo aparente y esgrimiendo un cuchillo, retuvo en el interior del convento a la hermanas.
El ahora detenido, según la Policía Nacional, se encerró con ellas y cuchillo en mano las mantuvo retenidas en el interior del claustro del convento.
A la llegada de los agentes, estos observaron como ambas puertas de acceso al convento se encontraban cerradas por dentro y se escuchaban del interior los gritos de auxilio de las mojas, así como la voz de un varón indicando a las monjas que no abrieran ninguna de las puertas.
Una de las parejas policiales permaneció conversando con el agresor para intentar calmarlo y conseguir que depusiese su actitud.
Paralelamente, el resto de agentes lograron entrar al interior del convento por una puerta trasera, abierta por una hermana en un momento de relajación del atacante y así proceder a su detención.
Antes de ser detenido, amenazó con inmolarse y quemarlo todo, llegando a impregnarse con la gasolina que llevaba oculta en un bote, pero los agentes calmaron al agresor y evitaron que llevase a cabo sus intenciones, aunque uno de los policías resultó lesionado leve cuando el detenido le roció la cara con el combustible.
El individuo fue puesto a disposición de la Autoridad Judicial por los delitos de detención ilegal, amenazas y resistencia y desobediencia, en una operación realizada por el Grupo de Seguridad Ciudadana -Hércules- de la Comisaría de Centro-Sevilla.
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Madre mía... cuánto/a loco/a suelto/a.