El Ministerio Público sostiene que la banda, integrada por sudamericanos y españoles, tenía «gran estabilidad personal y logística». El líder, que dirigía la red desde Castellón, se encargaba de gestionar la compra de las sustancias con los proveedores y preparar los transportes de la droga a Mallorca.
El jefe contaba con la colaboración de un hombre, en paradero desconocido, que tenía una empresa de alquiler de coches. La acusación pública indica que preparaba en sus instalaciones los huecos en los vehículos que iban a ser utilizados para transportar cocaína. Los depósitos eran «sumamente difíciles de descubrir».
Uno de los acusados, de 36 años y origen colombiano, se ocupaba de la distribución de la cocaína en Mallorca. A veces se encargaba él mismo de transportar la sustancia de la Península a la Isla. Una mujer, de 29 años y nacionalidad portuguesa, le ayudaba haciendo viajes acompañada de otro hombre para que la Guardia Civil y la Policía Nacional no sospecharan. Dos españoles recibían de forma habitual la cocaína. La almacenaban y mezclaban para rebajar su pureza con otras sustancias.
El 30 de mayo de 2017, el hombre colombiano y la mujer portuguesa embarcaron en Valencia con un ferry de Baleària con destino al puerto de Palma. Viajaban en un Renault Megane que llevaba ocultos en el fondo lateral del maletero tres paquetes que contenían cocaína. El acusado confesó a los agentes policiales su implicación en los hechos investigados y que estaba esperando un segundo cargamento que enviarían desde la Península cuando realizase una llamada perdida a otro sospechoso.
El colombiano pidió a los policías que le dejaran llamar, pero no facilitó la matrícula del vehículo que contenía la droga ni la identidad de su conductor porque dijo que desconocía esos datos. El 1 de junio de 2017, otro de los encausados embarcó en Valencia en un ferry de Trasmediterránea a bordo de un Daewoo Lanos. En la puerta lateral del copiloto portaba tres paquetes con casi dos kilos de cocaína. Fue detenido al llegar a Mallorca.
6 comentarios
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@Séneca, corrígeme las faltas de ortografía y enseñame a narrar, en vez de criticar tanto. Está bien claro. En resumen los derechos se ganan con el comportamiento. Dejar a la gente con delitos graves deambular por las calles, y cumpliendo condenas tan cortas, es como darle una cerilla a un pirómano para que sofoque un fuego. La reinserción para aquellos q de verdad demuestren voluntad. Cómo?, se les da empleo estable y sueldo digno, y veras como algunos no tropiezan en la misma piedra. Pero q se hace con la gente que no se reinsertan en la sociedad. Ellos no.miran ni por el bienestar del prójimo ni por los derechos de sus víctimas.
@Seneca criticas las faltas de ortografía pero te parece bien que pidan 49 años en total para todos, que no sale ni a 4 para cada uno que al final se quedará en dos xD
les pondran 2 años de carcel a cada uno de los 6, sumando 12- y no pisaran la carcel puesto que hay que poner mas de 2 para entrar- y 20 años al que esta fugado, en total suman 32 años y dan el pego en los titulares y nadie va a la carcel. (esto ya ha pasado en otros casos)
Cadena perpetua les echaba yo
@Mano dura. Deberias hacer algún curso de reciclaje en algún colegio, entre faltas de ortografia y una cutre redacción, no se te entiende nada de nada. Hazme caso y salud para todos.
Con penas mas duras y hubiera un lugar una vez liberados para hechar a los individuos q no se reinsertan o los mas peligros, esto no sucedería con tanta asiudad. Los derechos se ganan y las normas de convivencia están para algo y sirven para todos. A veces es muy fácil culpar a otros de sus actos, cuando esta claro de q maleantes, malvados, locos, violentos y cabras huecas que aunque le den oportunidades ilimitadas para estar en la sociedad, ellos a irán a contracorriente, y de estos hay en todas partes