En una rueda de prensa, Douagi señaló que quince de los fallecimientos se debieron a una infección bacteriana y que, detrás de esos hechos, «podría haber un error humano».
«La infección nosocomial se debe a la alimentación parenteral», afirmó el médico, quien apuntó a que la contaminación se habría producido en el espacio de tiempo que pasó desde la preparación del alimento hasta su administración a los neonatos.
Douagi defendió «la celeridad con la que la dirección del centro reaccionó» e insistió en que el origen y la bacteria que causó el drama no se conocerán antes del próximo día 27, cuando se acabe con los análisis.
«En caso de que se descubra que se trató de una negligencia médica, serán los tribunales los que tengan que decidir», explicó el médico ante decenas de periodistas.
La mayor parte de los recién nacidos, ingresados en el hospital de Rabta, murieron el 7 de marzo.
Tres días después y ante la alarma social desatada en el país, presentó su dimisión el ministro tunecino de Salud, Abderraouf Cherfi.
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