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El hombre juzgado por abusar de una menor de edad con discapacidad ha negado este martes en Palma las acusaciones y ha asegurado que no se aprovechó de la joven y que solamente la tocó en el hombro para consolarla. Se enfrenta a una petición de condena de cinco años de prisión.

El juicio se celebra en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares. El hombre ha explicado que al conocer a la chica se pensó que tenía 18 años -posteriormente ella le dijo que tenía 15- y que al verla él sospechó que la maltrataban en casa. Según su versión, le ofreció hasta en tres ocasiones llamar a la Policía pero ella no quiso.

Los hechos ocurrieron una tarde de septiembre de 2016. El acusado ha contado que estaba en un bar de Palma cuando pasó una chica a la que le gritó «rubia», si bien después vio que no era rubia sino que llevaba un velo islámico. Siguiendo con su relato, la joven se presentó y entabló conversación con él, le contó que su madre le pegaba y cuando pasó un coche de la Policía por la calle corrió a esconderse en el baño.

El hombre ha indicado que después la llevó a casa de unos familiares, donde estuvieron jugando al ping-pong. El acusado ha negado que la presentara como su pareja. Más tarde fueron a una discoteca y allí ella le manifestó que tenía 15 años, a lo que él le dijo que para poder entrar en el establecimiento dijera que era su novia.

El acusado ha sostenido que al menos hasta en tres ocasiones le ofreció acudir a la Policía pero que ella no quiso. «Me dijo que no, que quería ir a mi casa», ha declarado el hombre. Fueron al domicilio de él, donde, según el acusado, estuvieron jugando a la videoconsola, cantando y se tumbaron en el sofá sin tener contacto entre sí, a excepción de un momento en el que él le tocó en el hombro.

El hombre ha corroborado que le prestó un pijama para pasar la noche pero ha incidido en que se cambió en una habitación separada. Al día siguiente la joven se marchó mientras él hablaba por teléfono con su exmujer. El hombre ha incidido en que, de hecho, llamó a su expareja para comentarle lo ocurrido, con intención de llevarla «a algún lado».

Así, el hombre ha negado que tocara a la menor en el pecho ni que intentara aprovecharse de ella. Además, ha mantenido que la discapacidad mental de la víctima no resultaba evidente, resaltando que sus primos tampoco se dieron cuenta de esa circunstancia. Según su versión, atribuyó la actitud callada de la menor a diferencias culturales y dificultades del idioma, porque era musulmana. Además, ha indicado que él accedió voluntariamente a que la Policía registrara su domicilio, su ordenador y su coche.

Besos y abrazos

Tras el acusado ha comparecido como testigo la hermana de la víctima, que ha explicado que la menor le contó lo ocurrido «a trozos» debido a su discapacidad. La chica le relató que se había ido con un extraño en un coche «a una velocidad que le asustó», que había estado en un restaurante, en una discoteca y en un apartamento, y que él había estado «todo el tiempo bebiendo».

La menor contó a su hermana que el hombre la abrazó y la besó, pero no especificó dónde, y que a sus familiares la presentó como «su chica». La mujer también ha asegurado que la discapacidad de su hermana es apreciable y que una persona que hablara con ella durante todo un día forzosamente tendría que darse cuenta.

Finalmente, ha declarado un guardia civil que participó en las actuaciones y que se entrevistó con la menor acompañada de su hermana, que hizo de intérprete.

El agente ha señalado que la menor estaba nerviosa y «no podía contar mucho en ese momento» pero que a través de su hermana sí les trasladó que «la había estado manoseando por el cuerpo». En concreto, ha indicado que la menor «se señaló el pecho».
Para el agente, era «apreciable a simple vista» que la chica era menor de edad. También ha apuntado que los padres de la víctima «no se implicaron mucho» y cree que fue «por motivos religiosos», porque «había preguntas que parecían incomodarles».

Cárcel

La Fiscalía pide una pena de cinco años de prisión para el acusado. La acusación pública sostiene que el hombre se encontró con la menor en la vía pública cuando circulaba con su coche, que la invitó a subir y que la llevó al a playa, a la casa de unos familiares en Magaluf -donde estuvieron un par de horas- y finalmente a su propio domicilio en Santa Ponça-.

El fiscal acusa al hombre de aprovecharse de la discapacidad de la menor para tocarle los pechos por encima de la ropa y relata que la menor le dijo que parara y el acusado se detuvo. Al día siguiente, cuando el hombre se encontraba hablando por teléfono, la víctima se marchó de la casa y fue encontrada en la calle por un transeúnte, en estado de gran desorientación.

La menor tiene una discapacidad mental del 43 por ciento reconocida por el Govern balear, por lo que la Fiscalía imputa al acusado un delito de abusos sexuales a menor de 16 años, del tipo agravado debido a la indefensión derivada del trastorno mental de la víctima.