José Francisco M.M. (i) y José F.D., en prisión por orden de la jueza de guardia por el incendio intencionado en el barrio de s'Escorxador de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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No estamos ante un solo pirómano en Palma, se trata de un fenómeno mucho más complejo. Esta es la constatación de los investigadores de la Policía Nacional que consiguieron detener a José Francisco M.M. y José F.D., los arrestados por el incendio intencionado del pasado domingo en s'Escorxador que afectó varios coches y una fachada, poniendo el peligro al vecindario y causando momentos de pánico y gran tensión.

El Jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violencia (UDEV), Diego Cazalla, responsable de la investigación que desde hace meses sigue su curso para contrarestar los efectos de los incendiarios y evitar nuevos incidentes de este estilo, ha explicado este viernes a Ultima Hora que el término que se ha difundido en los últimos tiempos de ‘el pirómano de Palma' es inexacto.

«No estamos ante un solo pirómano, el efecto de los imitadores suele abundar en este tipo de casos, incluso el de los falsos autores que se atribuyen incendios o conatos en las redes sociales en los que en realidad no han participado», afirma el inspector, quien sin embargo apunta que la dureza de las medidas cautelares adoptadas por la Justicia debería servir como elemento disuasorio para aquellos que piensen en seguir la estela criminal de estos sujetos.

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La demostración más evidente de que no existe una sola mano negra tras los fuegos en contenedores es el hecho de que por estos motivos ya hay tres personas en prisión; los dos que ingresaron este jueves por orden de la jueza de guardia, más el que en enero fue enviado al centro penitenciario en relación a diferentes incendios provocados en la Playa de Palma.

Para terminar de atar todos los cabos sueltos los investigadores siguen con su arduo trabajo, y barajan la posibilidad que el de la calle Poeta Guillem Colom no sea el único incendio que han perpetrado los dos últimos arrestados. Recordemos que a uno de ellos se le intervino en su vivienda material inflamable que podía ser utilizado para llevar a cabo sus fechorías, y que la grabación de una cámara instantes antes de iniciarse el último fuego, ofrecida en exclusiva por este periódico, fue clave para llegar hasta ellos.

Sobre las razones que los habrían llevado a actuar de este modo, Cazalla asegura que por el momento no se ha corroborado «ningún elemento de odio contra ninguna empresa o persona concreta», simplemente la intención de «hacer daño». Tampoco parece que tengan ningún tipo de problema mental.

Conscientes de que se trata de una cuestión que genera una importante alarma social, en la Policía y la Policía de Palma no han escatimado recursos, tanto humanos como materiales, para dar caza a quienes se amparan en la noche para prender fuego y causar el caos así como cuantiosos daños materiales.