Según ha informado este lunes el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), la sentencia de la Sección 21 de la Audiencia le impone una indemnización total para las cuatro víctimas de 120.000 euros.
La sentencia, recogida por Europa Press, condena a la Fundación Champagnat, responsable de la institución, como responsable civil subsidiario.
Se afirma en la decisión que «no se ha atribuido al asegurado, la Fundación Champagnat, la producción voluntaria del daño sino, todo lo contrario, una conducta imprudente por falta de control sobre la conducta dolosa de un empleado dependiente».
En su sentencia, la Audiencia impone a Benítez una inhabilitación para ejercicio de la profesión docente de 13 años y ocho meses, y orden de alejamiento y prohibición de comunicación respecto de las víctimas.
El tribunal considera probado que el acusado aprovechó su condición de profesor de educación física de colegio de los Maristas, donde trabajó de 1999 a 2011, para abusar de cuatro alumnos en varias ocasiones, ha explicado el TSJC.
Según recoge la sentencia, el acusado disponía de un despacho propio con una camilla en la que llevaba a los alumnos para realizarles masajes que aliviaran posibles lesiones, y allí cometía los abusos.
El tribunal ha citado la mañana de este lunes a las partes y al acusado para notificarles conjuntamente la sentencia: Benítez ha acudido tapado con pasamontañas a la Audiencia y, tras saber la decisión, se ha ido sin hacer declaraciones y huyendo de la prensa a la carrera.
Al salir de la secretaría de la Sección 21, Manuel Barbero, el padre que destapó el caso, se ha abrazado a su abogada llorando al conocer la condena.
Se sentía «amparado»
En el juicio, celebrado a finales de marzo, Benítez confesó y dijo que actuó al sentirse «amparado» por Maristas, y la Fiscalía mantuvo la petición de 22 años de cárcel para Benítez por dos delitos de abuso sexual continuado y dos de abuso sexual, mientras que la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona pidieron 35 y 26 años de prisión, respectivamente.
Benítez confesó en su declaración durante el juicio que había abusado de dos menores, pero dijo no acordarse de los otros dos casos por los que estaba acusado.
También afirmó que los responsables de la orden religiosa conocieron uno de sus primeros casos de abusos sexuales en 1986 pero que no lo sancionaron, por lo que se sintió «amparado».
Caso Maristas
El escándalo del caso Maristas se destapó precisamente a raíz de la denuncia del padre de uno de los menores, Manuel Barbero, después de que su hijo le desvelara que había sido abusado por Benítez, profesor de educación física, durante dos años, entre los 13 y 15 años.
En total, se presentaron 17 denuncias contra Benítez, pero 13 de ellas se archivaron puesto que los hechos habían prescrito.
Barbero abrió un correo electrónico para revelar otros casos: recibió casi 100 correos de personas que le relataban historias de abusos sufridos, por hasta al menos 12 profesores, aparte de Benítez y un monitor, con un total de 43 denuncias de diferentes centros.
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