Del mismo modo, la fiscal del caso hace responsable al colegio de San Agustí y a la compañía aseguradora Cáser como responsables civiles subsidiarios de la indemnización.
La Fiscalía entiende que el acusado, identificado como Samuel A.R., trabajaba desde al menos el año 2015 como portero, ejerciendo además otras funciones en su calidad de monitor de actividades religiosas y extraescolares. Entre las mismas se encontraban las de teatro, catequesis y trabajos en comedor.
El relato de hechos es aterrador. El escrito acusatorio explica que sobre las nueve de la mañana del 10 de mayo de 2018, aprovechando la circunstancia de que era el encargado de realizar un vídeo sobre el 125 aniversario del colegio que incluía grabación y montaje, se llevó a un niño de 11 años al aula de refuerzo. Una vez allí, le dijo que necesitaba medirle el pene para encargar un aparato que hiciera que al ponerse unas mallas pareciera más grande. Le bajó los pantalones y el calzoncillo al menor y le tocó el pene. Cinco días más tarde, aprovechando idénticas circunstancias y con la excusa de que había perdido las medidas, el acusado, en el comedor, repitió los mismos hechos. Unos días más tarde, Samuel A.R., comentó al alumno que tenía que confirmar la medida a la tienda del aparato y se lo llevó al aula de refuerzo. En esta ocasión, grabó con una cámara de vídeo el órgano sexual del menor con el fin de elaborar material pornográfico. Hasta en tres ocasiones advirtió al niño que no dijera nada, que era algo que tenía que quedar entre ellos.
En abril, el acusado, tras llevar al comedor a dos menores de 11 años, les explicó que para el vídeo del colegio tenían que darse un morreo y después le tendrían que chupar el pene a su compañero. Ambos se negaron.
Hechos anteriores
Los hechos denunciados se remontan también al año 2015. A uno de los escolares, que cursaba en ese instante sexto de Primaria y que tenía 11 años, con la excusa de que tenía que hacer una prueba de vestuario para el teatro, le bajó los pantalones y le masturbó, advirtiendo al menor que no dijera nada porque «se le caería el pelo». Los presuntos abusos sexuales no se limitaban exclusivamente al centro escolar.
Las víctimas relatan que durante unas convivencias en Son Roca se repitieron dichos episodios de índole sexual. El 28 de mayo de 2018 se efectuó la entrada y registro en el domicilio del exmonitor. El letrado Eduardo Luna ya trabaja en la defensa del acusado.
5 comentarios
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... los religiosos que regentan el centro deberían ser acusados también, como responsables civiles subsidiarios
Queremos foto con su cara, nombre y apellidos.
Pues con los clérigos implicados en casos similares no se dan tanta prisa.
Me cuesta creer que ese tío esté bien de la cabeza.
Espero que al final la sentencia sea esa, la libertad para los que se la merecen, este hombre no se la merece