Los acusados, custodiados por dos policías nacionales, ayer en la Audiencia de Palma. | Guillermo Esteban

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«Buenos días, Vicente. ¿Sabe por qué está aquí?», pregunta el presidente del tribunal de la Sección Segunda, este martes en la Audiencia de Palma. «Estoy aquí por los montajes que me han hecho». El hombre, de 63 años, está acusado junto a su hijo de intentar matar con una barra de metal un policía nacional que acudió a su domicilio en sa Indioteria para entregarle una citación judicial la mañana del 29 de mayo de 2018. «El agente iba vestido de paisano y venía de chulo y de matón. Le repetí cuatro o cinco veces que se llevara la citación porque yo no quería firmar», dice Vicente L. «Yo no le pegué para nada, eso es falso».

El acusado explica que cogió al funcionario del brazo para sacarlo fuera de su vivienda y recibió un puñetazo. Según su versión, el policía empujó al suelo a su hijo. «Le dije que como lo volviera a tocar no salía vivo de mi casa». Vicente L. asegura que el perjudicado se golpeó en la cabeza con una cadena al salir de la casa y cayó al suelo.

Dos atrincherados tras agredir a un policía que presentaba una notificación en Palma

Barra

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«Le podría haber metido el pie en la cara, que se lo merecía porque iba de chulo y de matón. Yo no utilicé ninguna barra de hierro. Si yo cojo una barra y le meto en la cabeza ya no se levanta del suelo. Mi hijo no sabe ni levantar el brazo, yo lo podría haber machacado», cuenta en tono despectivo. El hijo del hombre, Carlos L., ratificó la versión que ofreció su padre: «No he dado una patada en mi vida».

El policía agredido declara que se identificó y después de que el acusado se negara a firmar la citación la dejó en la verja de la casa. Cuando se dio la vuelta para regresar al coche, apareció Vicente L. y le dio varios golpes por la espalda con una barra. «Empecé a parar los golpes con el brazo y luego salió su hijo y me pegó una patada. Me quedé un poco desorientado y el señor mayor me seguía pegando. Recibí seis, siete u ocho golpes, no lo sé, sangraba mucho. Me pegaron con la barra y me la intentaron clavar en la barriga, pero la paré con la mano. Yo vi que me mataban».

La víctima, al final, consiguió zafarse y se marchó en coche hasta que empezó a marearse y llamó a su jefe. La Policía Nacional montó un gran dispositivo, con helicóptero incluido, para detener a los dos agresores, que se atrincheraron en la casa. «No vinieron dos policías, vinieron 200», afirma Vicente L.