Los ruidos y malos olores que ocasionaban los perros a los vecinos llevaron a mediados de enero a agentes de una patrulla de la zona a desplazarse hasta la vivienda y entrevistarse con el propietario, que se mostró reacio a colaborar. De hecho, no les permitió la entrada al domicilio, aunque terminó entregando un total de nueve perros y asegurando que había otros cinco, siendo este el número máximo de animales de compañía que permite la ordenanza municipal.
Tras ser recogidos por operarios del Centro Zoosanitario Municipal, el Grupo de Protección de la Naturaleza (Grupona) de la Policía Local de Málaga recibió un primer informe del Servicio de Vigilancia Sanitario Ambiental en el que se ponía de manifiesto el mal estado de los animales entregados.
Así, según ha informado la Policía Local en un comunicado, presentaban un estado general de dejadez e higiénico sanitario deficiente, encontrándose muy sucios, con mal olor, uñas muy largas, que en algunos casos llegaba a ser muy deficiente, con tumores, dermatitis seborreica, ceguera o derrames en los ojos, heridas cutáneas, hasta el punto de que cinco de ellos tuvieron que ser sacrificados.
En el marco de la investigación, una unidad del Grupona de la Policía Local de Málaga se personó días más tarde nuevamente en el domicilio para conocer el estado de los animales que quedaban. Así, comprobaron que no eran cinco, como dijo en un principio el propietario, sino siete.
Estos canes estaban, igualmente, en deficientes condiciones higiénicas y de salud, especialmente uno de ellos que carecía de ojo izquierdo y mandíbula inferior, del que su propietario manifestó que se «lo robaron y al recuperarlo ya le faltaba la mandíbula, el ojo y le habían quitado el microchip».
En el resto de animales se podían apreciar casos de alopecia o uñas de extraordinaria longitud, signo de la evidente desatención, faltándole a uno de ellos el ojo izquierdo, manifestando el propietario que «era muy nervioso y corriendo se dio un golpe y lo perdió».
Dado el estado que presentaban los siete perros, los policías locales informaron al propietario de que iban a ser intervenidos, siendo finalmente cedidos de manera voluntaria por el mismo, tras lo que fueron trasladados al Centro Zoosanitario para ser atendidos y facilitar su posterior adopción.
FALTA DE CUIDADOS
El propietario no acreditó tener a ninguno de los perros vacunado, llegando a manifestar a los policías locales que «no era necesario ya que sus animales no salían nunca a la calle», lo que evidenciaba el sedentarismo al que eran sometidos. Asimismo, preguntado por qué los animales no estaban adecuadamente aseados, pelados o tenían las uñas cortadas respondió que «no se dejaban».
A raíz de la investigación, los agentes del Grupona comprobaron que sólo contaba con dos animales censados en el Registro Andaluz de Identificación Animal (RAIA), concretamente dos perros de raza Yorkshire terrier, constando uno de ellos como animal perdido desde el 16 de enero de 2013, con la inscripción de que el animal se llamaba Roni.
Aun siendo la mayoría de los animales de raza pequeña, el hecho de que 16 perros estuviesen hacinados en un piso de unos cien metros cuadrados hace que se puedan generar conflictos entre los mismos, lo que podría ser la causa de los daños que presentaban algunos de ellos, si bien no se descartan otras circunstancias, han añadido desde la Policía Local.
El hecho de que el propietario de los animales conviviese con ellos indicaba que era plenamente consciente de su deficiente estado higiénico sanitario, siendo el único responsable de su desatención.
Ante los hechos, los policías locales denunciaron al propietario administrativamente por infracciones leves a la ordenanza, de las cuales es competente el propio Ayuntamiento, por la tenencia de animales en recinto privado superando el número permitido o la no comunicación al Registro Municipal de los datos relativos al perfil genético de ADN.
En el acta de denuncia se incluyeron las siguientes infracciones graves: no suministrar a los animales la asistencia veterinaria necesaria, la posesión de animales no registrados ni identificados conforme a lo previsto en la Ordenanza o por exigencia legal, no realizar las vacunaciones y tratamientos obligatorios previstos en la normativa aplicable, no mantener a los animales en buenas condiciones higiénico-sanitarias o en las condiciones fijadas por la normativa aplicable, siendo remitidas al organismo competente, en este caso la Consejería de la Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía.
Respecto a las infracciones administrativas muy graves se incluyó el maltrato a animales que causen dolor o sufrimiento o lesiones invalidantes, si bien esta quedaría supeditada a la infracción penal, ya que, el pasado sábado 4 de febrero, agentes del Grupona informaron al tenedor de los animales de los derechos como investigado no detenido por un presunto delito de maltrato animal. De todo lo actuado se remitió copia a la Fiscalía Provincial de Málaga.
La Sociedad Protectora de Animales, a la que ya se le ha hecho entrega de algunos de los animales, está en trámites para recibir al resto y ponerlos en adopción para cualquier persona que desee hacerse cargo de los mismos.
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