El arresto de los dos hermanos fue practicado por agentes de la Policía Nacional. | Alejandro Sepúlveda

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Arrestados dos hermanos, de 28 y 30 años, tras protagonizar una violenta pelea en un domicilio de Palma. Uno de ellos, al igual que cuando Mike Tyson, aquel 28 de junio de 1997, enloqueció y mordió la oreja de Holyfield durante la disputa del título mundial de los pesos pesados.

La única diferencia es que los hechos son mucho más recientes y no sucedieron en Las Vegas, sino en la zona de Ocimax de Palma. A las 15 horas, en un piso de la calle Gardenia, se estaba produciendo un episodio de violencia doméstica. A la llegada de las primeras unidades policiales los agentes se encontraron a una mujer muy alterada, llorando y nerviosa. Ella manifestó a los policías que, instantes antes, sus dos hijos mayores, con los que convive en el mismo domicilio familiar, tuvieron una fuerte discusión que acabó llegando a las manos. Durante la reyerta, ambos se lanzaron enseres del hogar, provocando daños en el mobiliarios y puertas al propinarse puñetazos. La mujer, de 56 años, trató de interponerse entre ambos, pero sus esfuerzos resultaron infructuosos e incluso se llevó un mordisco del perro que tienen en casa.

La madre sostiene que uno de sus hijos tiene problemas psiquiátricos y de comportamiento, negándose a recibir el tratamiento. Ese día, «se levantó cruzado» y estuvo increpando a su otro hermano hasta que comenzaron a propinarse puñetazos, patadas y mordiscos. Los agentes accedieron a la vivienda y, una vez dentro, se entrevistaron con uno de los implicados. El hombre reconoció que se había peleado con su hermano y que este le había provocado una herida en la oreja. Los agentes observaron como este presenta un trozo de oreja derecha arrancado. Acto seguido, los funcionarios policiales se entrevistaron con el otro implicado. Éste sostiene que su hermano se había levantado «cruzado» y sin motivo aparente acudió a su habitación, comenzó a increparle y a decirle que le iba a partir la cara. Segundos después, comenzó a pegar golpes a la puerta causando un gran agujero.

En el transcurso de la intervención, los agentes se percataron de cierto olor a marihuana en el domicilio. No tardaron en darse cuenta que en la despensa de la casa había un cajón tirado en el suelo lleno de cogollos. Todos los presentes acusaron a uno de los hermanos como el dueño de la droga.