La Policía Nacional y la Local apoyaron a los bomberos en el despliegue. | Alejandro Sepúlveda

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Susto mayúsculo en la barriada palmesana de Son Oliva. Una joven y su madre salieron ilesas después de que se declarara un incendio en su piso y que una densa humareda se propagara por todo el edificio. Numerosos vecinos y curiosos se acercaron para comprobar qué estaba pasando y la policía tuvo que dispersarlos, ya que no cumplían con el distanciamiento social.

La alarma saltó sobre las tres menos cuarto de la tarde, en el número 6 de la calle Narcís Monturriol. Una campana extractora de la cocina quedó envuelta en llamas y la chica, de unos 20 años, y su progenitora, de una cuarentena, intentaron contener las llamas, pero cuando vieron que la situación se descontrolaba decidieron abandonar rápidamente la casa, ya que su integridad física corría peligro.

PALAMA.

Los equipos de emergencia fueron alertados de un gran incendio (que afortunadamente al final no lo fue tanto) y montaron un gran despliegue compuesto por bomberos, policías nacionales, policías locales y servicios sanitarios, en previsión de que hubiera algún intoxicado. El humo era visible desde bastante distancia, lo que provocó muchas llamadas de testigos al teléfono de urgencias. Los bomberos sofocaron el fuego y confirmaron que no había quedado atrapado nadie en el rellano o en las zonas comunes. Los daños materiales fueron cuantiosos, pero la rápida actuación de los equipos de emergencia evitó que el fuego se propagara a otras dependencias.

Por otra parte, este martes también hubo un pequeño incendio en un piso del polígono de Levante.