La fallecida, de nacionalidad brasileña, se encontraba en el momento de los hechos junto a su hija de 10 años. La menor presenció la caída del árbol y cómo se precipitaba encima sobre su madre. Según el abogado de la familia, Julián Timoner, «la menor ha necesitado tratamiento psicológico para intentar olvidar lo ocurrido, pero las secuelas son imborrables», subraya.
El día del trágico suceso las Illes Balears se encontraban en alerta por fuertes vientos. En el escrito que Timoner dirige a Cort, señala que «el Ayuntamiento al que nos dirigimos ni siquiera señalizó ante dicho potencial de peligro, ni acotó la zona ni selló su paso; sin embargo, no es grauito que, inmediatamente, después del suceso la zona fue cortada y acordonada a la vista del potencial peligro de las palmeras y su estado, prohibiendo a los transeúntes deambular por la zona», apunta en su misiva.
La indemnización económica que se solicita a Cort deberá repartirse, bajo criterios ya establecidos por la Administración de Justicia, para el prometido de la fallecida (se casaban en menos de una semana); la hija, menor de edad; la madre de la fallecida (residente en Brasil) y una prima de la niña, que se ha hecho cargo de ella.
