Saben que los nidos desaparecen, y que los huevos se ofrecen como auténticos manjares en bares y restaurantes. Pero desconocen el recorrido que hacen los cazadores furtivos. No saben cuál es la ruta del comercio ilegal de huevos de tortuga.
Ante esta tesitura, y viendo la facilidad con la que los furtivos «eluden a las autoridades locales», se les ha ocurrido una solución tan original e imaginativa como puede que efectiva. Se llama InvestEGGator y son huevos falsos de tortuga con GPS. Gracias a este mecanismo saben en todo momento dónde están los huevos –y, por ende, sus ladrones– y serán capaces de descubrir cuáles son esas rutas que siguen los que afanan y venden tan preciado bien.
Quien ha puesto en marcha esta iniciativa es la Organización Paso Pacífico, cuyo objetivo es «la construcción de corredores de vida silvestre que protejan la biodiversidad y conectar a la gente a su tierra y al océano». Tratan de restaurar y proteger los ecosistemas vertiente del Pacífico de Mesoamérica. Estos hábitats incluyen el bosque seco tropical en peligro de extinción, manglares, y el este de los arrecifes de coral del Pacífico.
Aseguran en Paso Pacífico que, en muchas playas de Centroamérica, los cazadores furtivos destruyen más del 90% de los nidos de tortugas marinas para vender los huevos en el comercio ilegal. Es un crimen, consideran, «devastador para la vida silvestre», y que, por supuesto, amenaza el futuro de esta especie.
Por eso se les ocurrió crear estos huevos falsos de tortuga con GPS, cuyos prototipos iniciales fueron creados por la científica de la asociación, Kim Williams-Guillén, con su impresora 3D doméstica. La parte del maquillaje de estos huevos corrió a cargo de la artista Lauren Wilde, que pintó los huevos impresos con 3D hasta hacer que fueran prácticamente indistinguibles de los huevos de tortuga marina reales.
Con la información sobre la situación de estos huevos que les dará el dispositivo de seguimiento GPS-GSM, trabajarán –en coordinación con las autoridades– para desmantelar el tráfico de huevos de tortuga tanto a escala nacional como internacional. Paso Pacífico tiene sedes en Nicaragua, El Salvador y EE UU.
De momento, estos huevos falsos de tortuga ya están cumpliendo su cometido en varios lugares de América Central. Paso Pacífico se ha unido a Auspi Electrónica –y otros socios– para perfeccionar el diseño de los InvestEGGators. Su propósito es que puedan producir una cantidad suficiente para que sean de uso generalizado por parte de organizaciones sin ánimo de lucro y, en general, por personas preocupadas por la conservación.
Los huevos impresos en 3D, apuntan, han ganado un premio Desafío en 2016 y un premio de aceleración en 2017. Uniendo fuerzas, subrayan, «podemos luchar contra el tráfico de vida silvestre y salvar a las especies marinas de la extinción».
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