Tenía todos los números. Un joven de 21 años ha ingresado en la cárcel de Palma, por orden del juez de guardia, tras quebrantar por enésima vez la orden de alejamiento sobre sus padres. En el último episodio, que tuvo lugar el sábado por la tarde, lanzó piedras a las ventanas de la vivienda familiar después de que su madre rechazara abrirle la puerta. En el momento de su detención, que corrió a cargo de la Policía Nacional, el chico, de nacionalidad ecuatoriana, provocó daños en el coche patrulla y forcejeó con los agentes mientras le ponían las esposas.
El arrestado, según fuentes judiciales, tenía vigente una orden de alejamiento sobre sus padres desde el pasado mes de diciembre. Y desde entonces no ha parado de protagonizar episodios violentos. La del sábado no fue ni mucho menos la primera detención, pero sí el desencadenante para que el juez de guardia le enviara a prisión.
El suceso ocurrió alrededor de las 19.00 horas en la calle Son Nadal de Palma. El chico se presentó en la casa de sus padres con la intención de hablar con su madre. Esta le negó la entrada y el joven le respondió tirándole piedras a las ventanas del domicilio. Instantes más tarde se presentó en el lugar una patrulla de la Policía Nacional que procedió, no sin problemas, a la detención del sospechoso. Forcejeó con los agentes en el momento de ser introducido en el coche e inmediatamente después la emprendió a patadas con la puerta, que acabó desencajada. Comprobaron que el arrestado había sido detenido varias veces en los últimos días por quebrantar la misma orden de alejamiento. Horas más tarde no se libró de ser conducido a la cárcel.
7 comentarios
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Que vengan más, que vengan más... Que los necesitamos. Dicen que gracias a ellos podremos cobrar una pensión de jubilación.
¿Enésima vez?
A este sujeto lo que hay que hacer es mandarlo al espacio y que de vueltas hasta el fin
Cria cuervos…
Siempre he oído decir que: Ningún loco tira piedras a su tejado, veo que siempre hay una excepción. Menuda cruz para los padres, los compadezco, tengo dos hijos y no puedo, ni quiero imaginar lo que debe ser verse en esta situación.
Hace mejor aspecto de mantenimiento y limpieza que muchas calles de Palma que están a escasos metros,y eso que sus ciudadanos pagan los impuestos y no delinquen en teoria. No hay peor tratado en España que el ciudadano corriente.