El acusado, custodiado por dos policías nacionales, este viernes en el juicio en la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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Juan Prats, el hombre que trató de matar a martillazos a su exmujer en Campos en 2019, ha comparecido este viernes en el juicio en la Sección Segunda de la Audiencia de Palma vestido con una camiseta blanca de manga larga con una imagen de Al Pacino en Scarface. El hombre, de 52 años y origen cubano, como Tony Montana, el protagonista de la película de Brian de Palma, se enfrenta a una condena de 15 años de cárcel por un delito de intento de asesinato y una indemnización de 169.000 euros para la víctima.

-Usted reconoce estos hechos?- ha preguntado el fiscal al hombre.
-Sí, los reconozco.

Los hechos se produjeron sobre las 10.30 horas del 11 de septiembre de hace tres años. Benita, la exmujer del acusado, acudió a su domicilio, en la calle Escorial de Campos y estuvieron hablando. «Fui a la cocina a prepararle un café con leche y luego nos sentamos en el salón», ha recordado el hombre, que fue denunciado por un supuesto delito de abusos sexuales a su hija que luego se archivó. «Yo no recuerdo haber golpeado a Benita con dos martillos», ha declarado.

La pareja, que tiene en común dos hijos de 9 y 12 años, empezó a discutir porque el hombre no aceptaba la ruptura. La mujer se levantó del sofá para dirigirse a la puerta del piso y, de manera inesperada, empezó a recibir puñetazos de Juan en el rostro y en el cuerpo.

La víctima cayó al suelo y, una vez allí, el procesado se colocó encima suyo y continuó agrediéndole. El hombre cogió dos martillos, uno de goma y otro metálico, con los que siguió golpeándole en la cabeza. La mujer quedó agonizando y salvó la vida de milagro. El agresor, tres horas después, se presentó en las dependencias de la Policía Local de Campos y confesó que había golpeado a su expareja. «He pegado a mi mujer, llamad a una ambulancia porque está muy mal».

El hombre la daba por muerta. Los sanitarios que acudieron al piso estuvieron cuatro horas para estabilizar a la víctima. La agresión quedó grabada en una de las cámaras que el hombre había instalado años atrás cuando compartía vivienda con Benita y los hijos de ambos. La mujer sufrió lesiones muy graves y en la actualidad presenta numerosas secuelas, tanto físicas como psicológicas.

Benita estuvo dos meses ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Son Espases a consecuencia del brutal ataque y recibió el alta hospitalaria en marzo de 2020, medio año después de la agresión. La mujer, en aquellas fechas, trabajaba en una conocida cafetería de sa Ràpita.