Imagen de recurso de un agente de la Guardia Civil.

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Una mujer ha acusado este miércoles, ante un Tribunal de la Audiencia Provincial, a un amigo de su exnovio de haberla violado en su casa en Capdepera (Mallorca), y ha advertido que ve «cada día» al presunto agresor porque «vive enfrente», a pesar de que tiene una orden de alejamiento. La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares ha arrancado este miércoles el juicio a este hombre de 28 años por un presunto delito de agresión sexual. La Fiscalía pide para el acusado una condena de once años de cárcel. La víctima es una mujer alemana y ha relatado su vivencia asistida por una intérprete. Tanto su novio en la fecha de los hechos como el presunto agresor, amigo suyo, son marroquíes.

El acusado, por su parte, ha defendido su inocencia sosteniendo que las relaciones fueron consentidas. El incidente tuvo lugar el 6 de enero de 2019, sobre las 5.00 horas, cuando el acusado acompañaba a la novia de un amigo suyo hasta su domicilio. Según la Fiscalía, ambos se quedaron hablando fuera hasta que el acusado dijo que tenía frío y pidió pasar dentro de la casa. Una vez dentro, retomaron la conversación en el sofá y en un determinado momento la mujer fue al cuarto de baño. Presuntamente, al salir fue asaltada por el acusado, que la habría agarrado del cuello y empujado sobre la cama. «Le dije que no me tocara», ha relatado la mujer, visiblemente afectada durante el interrogatorio. La víctima ha explicado que el acusado la inmovilizó, le bajó los pantalones y la violó eyaculando en su interior. También ha dicho que mientras la violaba le preguntó si el sexo con su novio «era bueno». Cuando terminó ella se levantó y fue al baño a limpiarse. Cuando salió, él seguía dentro de la casa, en un sofá. La mujer tardó varios días en denunciar los hechos.

El día que esto ocurrió, su novio estaba fuera de Mallorca y cuando volvió ella le contó lo que había pasado y le dijo que su amigo era «un cerdo». Su pareja le recomendó denunciar, así como una amiga de Alemania a la que le explicó lo ocurrido. La víctima ha dicho que no se sentía con fuerzas para denunciar, pero que finalmente acudió a la Guardia Civil. Ha detallado que en aquel momento apenas entendía español y que estuvo cuatro horas en una comisaría esperando a que llegara un traductor. La Guardia Civil acudió al domicilio a realizar una inspección ocular y buscar pruebas, como posibles restos biológicos, pero el lugar ya se había limpiado y recogido. La mujer se ha lamentado por no haber denunciado inmediatamente. «Ahora habría actuado de otra forma, no sé por qué no fui al hospital», ha declarado. La víctima también ha acusado al hombre de haberle ofrecido dinero para retirar la denuncia, a través de un tercero que le entregó el mensaje en el trabajo; y ha explicado que se iba encontrando daños en su coche, como ruedas pinchadas o cables rotos, acciones que atribuye al denunciado. «No tengo pruebas, pero creo que es él», ha dicho.

El acusado, por su parte, ha defendido su inocencia afirmando que las relaciones fueron consentidas. El procesado ha atribuido la denuncia a una animadversión previa por parte del exnovio de la víctima, sugiriendo que éste pudo forzarla a denunciar. Ella ha negado esta versión y de hecho ha indicado que la relación entre ellos era muy buena. El hombre fue detenido el 18 de enero y en agosto se le impuso una orden de alejamiento con una distancia límite de 300 metros. A pesar de las supuestas acciones para amedrentarla, la mujer ha declarado que el acusado ha cumplido con la orden de alejamiento. Además de la pena de cárcel, la Fiscalía reclama una medida de libertad vigilada durante nueve años tras cumplir la pena de prisión; sustitución de parte de la pena de cárcel por expulsión del territorio español; una orden de alejamiento de 500 metros por 20 años; y una indemnización de 15.000 euros por los daños morales.