El juicio por estos hechos está previsto que se celebre próximamente en una sala de lo Penal de los juzgados de Vía Alemania de Palma. Además del pago de la sanción, la acusación pública también solicita que la procesada indemnice a niño, que ahora tiene 10 años, en 55.400 euros en concepto de responsabilidad civil.
Riesgo
El suceso, tal y como detalla la Fiscalía en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso Ultima Hora, tuvo lugar la mañana del 27 de junio de 2018. La imputada, a sabiendas de que el perro podía suponer un riesgo para el menor, se lo llevó a su lugar de trabajo, un taller artesanal ubicado en Palma. Y también al niño. En ese mismo local estaba empleado el padre del menor y otro compañero. El animal se encontraba sin bozal y atado, con una correa de tres metros, sin las precauciones necesarias. Todo esto sumado a los antecedentes del perro, cuya propietaria tampoco tenía seguro de responsabilidad civil contratado, suponían un riesgo para al chico.
Sobre las 10.00 horas la abuela salió del taller para acudir a una gasolinera cercana a hacer un recado. El niño se quedó en el taller junto a un trabajador y decidió se acercarse al can, que reaccionó de la peor forma posible: atacó sin piedad al menor. El muchacho sufrió lesiones graves en el cuello –con una herida inciso contusa de unos 12 centímetros de longitud–, en la cabeza y en la región lumbar debido a las mordeduras producidas por el perro y necesitó más de siete meses para recuperarse, incluyendo tres días de perjuicio grave. Al chico le quedaron secuelas en forma de cicatrices y también relativas al sistema nervioso, detalla el Ministerio Fiscal en su escrito.
Dos días después del suceso, la madre del menor, expareja del hijo de la acusada, decidió acudir al cuartel de la Guardia Civil de Inca para poner en conocimiento de los agentes lo que había ocurrido con el perro de quien fue su suegra tiempo atrás. La investigación de los hechos por parte de agentes de la Benemérita acabó con la abuela imputada por un delito de lesiones impudentes. La pena solicitada por el Ministerio Público se sitúa en una multa de 1.200 euros. Asimismo también pide que la procesada indemnice a su propio nieto en 55.400 euros por los daños físicos ocasionados y las secuelas derivadas de la acción del perro, que poco después fue sacrificado.
El apunte
El perro, cruce de husky y labrador, fue sacrificado