Joan Pol, jefe de Emergencias de Baleares, en una imagen de archivo. | Alejandro Sepúlveda

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La catástrofe que tiene a Turquía y Siria con el corazón en un puño sigue sumando víctimas a su paso. A pesar de que se siguen rescatando vidas humanas, las esperanzas de salvar a más gente se van evaporando con el paso de los días. A partir de las 72 horas del suceso, las probabilidades se difuminan cada vez más y la tensión es mayor. Sin embargo, los rescatistas siguen en sus búsquedas para encontrar posibles supervivientes.

Ante esta situación, Joan Pol, jefe de Emergencias de Baleares asegura que tras las 72 primeras horas, las esperanzas disminuyen ostensiblemente. Con estas premisas, las víctimas mortales pueden llegar a los «50.000 fallecidos y además, contar con que entre 4 y 5 millones de personas han perdido su hogar». Pol se centra en que la crisis posterior que se sufrirá en estos dos países es magnánima y afectará a España. «Ahora empieza el drama humano, con olas migratorias hacia Europa», confiesa

Joan Pol, acudirá a socorrer a los afectados en marzo de 2023 y lo hará como ‘TeamLeader' europeo en los campos de refugiados, en los que se trabaja para dar ayuda humanitaria a las víctimas. «Aunque hayan sobrevivido, pueden tener secuelas muy importantes a nivel físico», afirma. Depende de muchos factores externos, como la compresión de los escombros que ejercen presión sobre el cuerpo. «La calidad del edificio también es importante, porque depende de la fuerza que se ejerce, si es muy grande, cuando el cuerpo sale de la presión se descomprime y puede afectar gravemente a la cabeza», informa.

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Por otro lado, a pesar de que la situación actual es complicada, los equipos de salvamento siguen trabajando más de 200 horas después de la catástrofe. «No se para hasta que los equipos de rescate dejen de tener constancia de posible movimiento humano. Los equipos sonoros analizan el espacio para escuchar movimientos. Cuando dejan de recibir señales, se para la búsqueda y se activa la segunda fase», insiste en cómo se organizan los equipos de salvamento.

La catástrofe turca y siria, sin embargo, ha afectado a más zonas de las que han aparecido en los informativos. «El gobierno turco tan sólo ha puesto el foco en la zona que vemos, pero hay muchas más localizaciones que se encuentran en una situación grave de la que no informan», afirma. Además, las ayudas internacionales tan sólo se han focalizado en un punto en concreto y en Siria ni han llegado. «El gobierno turco ha marginado a los kurdos en esta batalla y no han llegado las subvenciones, por lo que la situación ahí es aún peor de lo que podemos ver cada día. Y en Siria, no las aceptan por ser territorio enemigo», corrobora.

Por tanto, la situación de emergencia que sufre ahora mismo Turquía y parte de Siria es extrema y las consecuencias humanitarias de un suceso de tal calado son terribles tanto en cantidad de vidas perdidas como en una gestión migratoria. «Habrá una cantidad indecente de gente sin hogar que buscará soluciones. Nosotros en los campos, calculamos que se necesitarán entre 4 y 5 años para estabilizar la situación», intuye, en un panorama desolador para aquellas familias que por culpa del terremoto han perdido gran parte de su vida.