Bajo el amparo de la esperanza de los familiares de Malén, con su madre a la cabeza de las reivindicaciones, durante estos últimos años se han abierto hipótesis en diferentes direcciones. Malén desapareció el 13 de diciembre de 2013 cerca de la parada de autobús de Los Piratas, en Magaluf. La joven había llamado a la secretaria de su padre para avisar que se iba a casa de su novio después de ir al IES Santa Ponça. Sin embargo, nunca llegó y la pesadilla empezó.
El padre de la joven, Alejandro Ortiz, fue el primero encabezar la búsqueda pública de la pequeña. En más de una ocasión el foco mediático se centró en su figura, pero siempre salió airoso. Su dureza en casa hizo abrir la hipótesis de una posible fuga de la menor de manera voluntaria, pero poco tiempo después, la investigación viró hacia un secuestro forzado que dura hasta hoy. En su línea, el padre fue detenido por resistencia a la autoridad en 2018. A raíz del suceso, los vecinos denunciaron su carácter irascible y que los episodios de rabia eran habituales en él. Antes de las actuaciones policiales pronunció una frase amenazante. «Esta noche va a haber sangre».
Por su parte, la madre, Natalia Rodríguez, que en su momento residía fuera de la isla tras divorciarse de Alejandro, se volcó con la investigación. Fue muy crítica con la manera en la que se planteó la investigación y se convirtió «en la voz de Malén», como comentó en una entrevista en Ultima Hora. A su vez, fue impulsora de diversos actos para buscar a Malén y concentraciones en su recuerdo. Natalia fue la que pidió a la UCO que actuase en la investigación hace algo más de un año y por fin ha visto sus deseos cumplidos.
Durante los primeros años de la investigaciones se abrió la posibilidad de fuga voluntaria, pero con el paso del tiempo se desvaneció esta hipótesis para concluir en un secuestro. Las amenazas de muerte que confesó su padre y el devenir de las pistas cogieron importancia. Otros factores interfirieron en las investigación como el bloqueo de Facebook al perfil de Malén o la entrada en su perfil de un chico de Son Sardina que buscaba «ayudar de alguna manera». Este 2022, la abuela de Malén recibió un mensaje de un terminal de Bolivia en el cuál aseguraba se ella y le pedía dinero para volver a Mallorca. Sin embargo resultó ser una trama de estafadores bolivianos que jugaron con la ilusión de una familia.
Otros puntos que se abrieron a lo largo de la investigación fue la posible inclusión de una trama sectaria. Tras encontrar el coche calcinado de un joven italiano con un cuchillo en el pecho. Sin poder encontrar indicios de conexión, la víctima lanzó un mensaje a su madre en el cuál vinculaba el caso de Malén con un secuestro «satánico» y en el que aseguraba que le matarían.
A nivel mediático, fue un impacto en Mallorca, pero también lo fue lejos de las fronteras españolas. El club de fútbol italiano, la Roma, lanzó una campaña en la que anunciaba fichajes con carteles de niños desaparecidos en el que se incluyó el caso de Malén. Fue una manera de sensibilizar a la sociedad ante estas situaciones.
Ahora, casi una década del suceso, las miradas se vuelven a centrar en Malén y la esperanza de encontrarla vuelve a brotar después de mucho tiempo de sombras que, por el momento, se disipan la toma de primeros contactos con la UCO en Magaluf.
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