El menor y su padre, en una habitación de Son Espases. | Alejandro Sepúlveda

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Mohamed, un joven de tan solo 17 años, se llevó la peor parte de la brutal batalla campal del pasado sábado en Magaluf. Permanece ingresado grave en el hospital de Son Espases: ha tenido que ser operado de urgencia para reducirle un coágulo en la cabeza y tiene la mandíbula rota. Su agresor fue detenido al instante por la Benemérita. «Lo último que recuerdo es que estaba con mi cuñada y la Guardia Civil, a ella le habían pegado y fui a ver como estaba. Luego ya no sé que pasó, me dieron un golpe y me desperté en el hospital», explica.

Un equipo de Ultima Hora acude al hospital donde se recupera este joven. «Le he comentado que venís pero le cuesta mucho hablar y está algo mareado. Le acaban de hacer las curas ahora hace un rato y está sedado», dice su hermana mayor poco antes de entrar en la habitación. Allí le acompañan sus padres, que se encontraban de visita en Marruecos en el momento de los hechos y que cogieron el primer avión de vuelta después de conocer la noticia. Su hermana fue la primera en percatarse de que algo había pasado durante el cumpleaños al que había asistido el menor: «Se fue con sus amigos a un cumpleaños a Magaluf, iban a dormir a un hotel que habían reservado en la zona. Me empecé a preocupar el domingo por la mañana porque no vino a casa y no me contestaba. Empecé a llamar a sus amigos y ya me comentaron que había pasado algo. Enseguida me llamaron del hospital».

Los hechos se iniciaron cuando un joven de origen rumano agredió por la espalda a Mohamed. Le propinó un puñetazo sin mediar palabra y lo dejó inconsciente y malherido. El agresor fue detenido y Mohamed trasladado de urgencia a un centro médico. «Por lo que me han contado, estando de camino al hotel recibió una llamada. La que era pareja de su hermano mayor, ya fallecido, estaba en la ambulancia tras una de las peleas. Él fue a verla con una amiga suya y a los dos minutos, estando la Guardia Civil y todo allí, le dieron el golpe», explica la hermana.

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Mohamed, que durante esta conversación en Son Espases había permanecido con los ojos prácticamente cerrados, hace un esfuerzo por hablar y matiza lo ocurrido: «Yo iba de camino al hotel con mis amigos y me llamó la Guardia Civil. Habían pegado a mi cuñada y fui allí a verla y a tranquilizarla. Luego ya no sé que pasó, me dieron un golpe y me he levantado ya en el hospital. Me han dicho que detuvieron al joven que me pegó. Yo no le conocía de nada», relata.

La hermana, basándose en las versiones que le han llegado de varios testigos, cree que tras el puñetazo su hermano pequeño cayó al suelo y se golpeó de cabeza. Ya en Son Espases con los médicos, cuenta que lo más preocupante era un fuerte golpe que presentaba en la parte delantera de la cabeza: «Me dijeron que tenía un coágulo, que lo tenían que controlar y hacerle un TAC. También tenía la mandíbula rota». Tras dos días el coágulo aumentó y los médicos decidieron intervenir al menor. «Se lo tuvieron que quitar de urgencia. En un segundo TAC comprobaron que el golpe había sido bastante fuerte. De momento está más o menos bien pero lo tienen que controlar», explica.

Esta noche de violencia se saldó con diez personas detenidas, ocho hombres y dos mujeres. Entre los arrestados había cinco ultras del Sporting de Portugal, equipo que se enfrentó al Palma Futsal el pasado domingo en el velódromo palmesano, aunque ninguno de ellos tiene relación con la agresión a este menor. La Guardia Civil mantiene abierta la investigación y los familiares de Mohamed ya han empezado a tramitar la denuncia aunque están a la espera de nuevos informes médicos. Todos los arrestados quedaron el libertad.