Los hechos por los que irá a juicio tuvieron lugar el 9 de junio del año pasado. El acusado, según recoge el Ministerio Público en su escrito, remitió por email a una compañera de clase un vídeo de 25 segundos en el que se observa a dos menores de 10 años realizando movimientos compatibles con el acto sexual. La Fiscalía acusa al menor de un delito de tenencia y distribución de pornografía infantil.
Negocio de hackers
La madre de la menor fue quien denunció lo sucedido, el 16 de junio, ante la Guardia Civil de Inca, que abrió una investigación. La mujer explicó a los agentes que su hija estaba chateando por Instagram desde el 12 de mayo con un compañero de clase que le ofreció formar parte de un negocio de hackers pagando una cuota de 20 euros a modo de suscripción. El adolescente, según recoge la denuncia, fue haciéndole preguntas personales poco a poco hasta que se ganó su confianza.
El 9 de junio le dijo que tenía un vídeo que no podía enviar por Instagram porque es ilegal y le pidió su correo electrónico para mandárselo. La menor comentó a su madre que su compañero de clase le había dicho que tiene más vídeos de esta índole.
La directora del centro tuvo conocimiento de estos hechos y se reunió con el adolescente y su madre. El acusado manifestó que tiene un amigo ruso que ha hackeado un grupo en Telegram desde donde le envía vídeos de pornografía infantil. El menor contó a la Policía Judicial de la Guardia Civil que no sabía que poseer este tipo de vídeos era delito en España y que se lo envió a su compañera para comentarlo.