Todo comenzó el pasado 18 de diciembre cuando una dotación de la Policía Local detectó movimientos extraños en un grupo de personas de origen magrebí. A los policías les extrañó que se intercambiaran papeles de forma clandestina con una mujer residente de la localidad en las proximidades de las instalaciones municipales.
Tras acceder la mujer con uno de estos chicos al interior del Ayuntamiento los policías alertaron a su jefe del extraño movimiento. Resulta que el actual jefe de la Policía Local de Santa Margalida, Manuel Gallardo, en su etapa anterior fue uno de los mandos de la Policía Nacional más reconocidos y experto en materia de extranjería. Una vez en el lugar se procedió a identificar a todas las partes. La mujer se derrumbó y no le quedó más remedio que reconocer que estaba autorizado el empadronamiento en su domicilio a varios magrebíes a cambio de dinero.
Del mismo modo, también se identificó a otros dos marroquíes más y a un hombre que les había llevado a todos en su vehículo particular desde Inca. El Grupo II de la UCRIF se hizo cargo de la investigación logrando descubrir la figura del catalogado como 'organizador' de esta actividad delictiva. Se trata de un compatriota, de 32 años, con residencia en España que había logrado captar a la vecina de Santa Margalida para su negocio particular.
La mujer, dado su estado de necesidad y por una pequeña cantidad de dinero, se dejó convencer para autorizar el empadronamiento en su propio domicilio de un total de seis extranjeros en situación irregular, todos ellos procedentes de Marruecos. Estas personas, al igual que el resto de extranjeros en situación irregular empadronados de forma indebida y fraudulenta necesitaban desesperadamente un certificado de empadronamiento para poder llevar a cabo diferentes trámites con la administración, como la tarjeta sanitaria o ciudadana, entre otros.
Según sus propias declaraciones, cada uno de estos empadronados pagaba un total de 500 euros por el certificado de empadronamiento de los que la gran parte del dinero se lo habría quedado el organizador, quien le daría a la mujer una pequeña cantidad. El cabecilla de esta trama para permanecer en el anonimato y evitar ser identificado, contactaba telefónicamente con la mujer española con llamada oculta y contrataba los servicios de un tercero, un hombre de origen portugués de 57 años de edad en situación de paro laboral, quien con su vehículo particular hacía de taxista y se encargaba de trasladar a estos chicos hasta el Ayuntamiento de Can Picafort donde les esperaba la mujer para autorizar los empadronamientos.
17 comentarios
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Una verguenza se sistema corrupto que tenemos en España en otros paises se rien de nuestro buenismo somos los tontos y tenemos peor servicios habiendo trabajado toda la vida y muchos de está gente paseando todo el dia. que futuro nos espera madre mia
Seguramente lo mismo pasa en pueblos como INCA, MURO, SA POBLA, ... en estos casos se debería volver a la LEY CORCUERA...patada en la puerta sin orden judicial e identificar al personal.
Basta de chusma ! expulsados de inmediato
Si los policías no se dan cuenta se la cuelan al ayuntamiento no se estos funcionarios no miran más estos trapicheos, a parte si se les meten en la casa casi seguro que la tiran a la calle esa es la condición de estos maleantes. Un buen puro para todos.
Fuera, expulsión YA. Sin contemplaciones!!
Yo estoy seguro que detrás de todo esto debe de haber algún zurdo con necesidades de votos. Que miren bien a los socialistas y podemitas de la zona.
no entiendo nadaaa aceptamos inmigrantes sin papeles los empadronamos donde sea, casas okupadas, ca l ardiaca, casetas de luz... y luego si se empadronan en una casa unos cuantos es delito
Ya basta de tanto buenismo. A parte de todo esto de los empadronamiento, no puede ser que vayas a tu ambulatorio para una visita al médico, con cuarenta años cotizados y estos con su tarjeta gratis sin cotizar un día pasen por delante de ti sin haber pedido ni cita previa por qué sí. Esto no se puede permitir, se ríen de la administración y de nosotros, creando lo que todos sabemos. En el momento que discutes con ellos por estas injusticias te tratan de racista. Pues si, si lo soy con motivos. Y pasa en el mundo laboral, social y en la calle día a día. Que un "extranjero" tenga más derechos que un español no me cabe , lo siento pero no soy el único y no todos son iguales, pero preocupa
De ríen de nosotros en nuestra cara y nosotros yendo a buscarles a sus costas para traer más y más.
Todos a su país.