Imagen del pleno en el Ayuntamiento de Calvià | R. MARI

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La batalla campal del miércoles por la tarde ha suscitado una contundente reacción por parte del Ayuntamiento de Calvià que, tras la reyerta, trasladó su apoyo a la dirección del restaurante en el que ocurrieron los hechos. Tanto el alcalde, Juan Antonio Amengual, como la responsable de Seguridad, Esperanza Català; han coincidido en condenar el suceso, al tiempo que han mostrado la firmeza del consistorio contra el incivismo y la violencia.

Las palabras de Català no dejan lugar a dudas: «Estos hechos, a pesar de ser infrecuentes con este nivel de violencia, es triste que se produzcan en nuestro municipio; pero que nadie se engañe, vamos a ser inflexibles a este tipo de gente que no queremos en Calvià. No les vamos a pasar ni una. No vamos a permitir que nadie venga aquí a poner en riesgo la seguridad del municipio y a dañar nuestra imagen», ha explicado. Además ha lanzado un mensaje directo a los turistas que pretendan comportarse de forma incívica o violenta: «Que tomen nota y que se vayan a otros sitios si no saben comportarse. Aquí llevamos ya un año trabajando para conseguir un ocio responsable en el municipio», zanja.

CALVIA. ELECCIONES MUNICIPALES. Esperanza Catalá VOX
La primera teniente de alcalde y responsable de Seguridad del consistorio calvianer, Esperanza Català (VOX)

La pelea multitudinaria tuvo lugar sobre las 19:30 horas en un conocido establecimiento de Illetes en el que se estaba celebrando una despedida de soltero. La fiesta degeneró de tal manera que acabó provocando la detención de ocho turistas ingleses y un camarero herido de consideración. La Policía Local de Calvià tuvo que emplearse a fondo para controlar la situación y dos agentes también resultaron lesionados.

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El grupo de turistas se había desplazado a Illetes desde Palma, ya que algunos de ellos se alojaban en un hotel de la zona de la calle Camilo José Cela (antigua Bosque). Uno de los empleados les llamó la atención por el incivismo que mostraban cuando comenzaron a lanzar basura y latas de cerveza al mar además de importunar al resto de clientes y bañistas. La respuesta del grupo, que aparentaba haber bebido en exceso, fue extremadamente violenta.

Los acusados se encuentran en los calabozos de la Guardia Civil y tres de ellos han pasado ya a disposición judicial. De momento, hay siete denuncias de particulares contra los ingleses que organizaron la trifulca.

Testigos presenciales han asegurado que los acusados se encontraban "perdidamente borrachos" y muy violentos y que se metían de forma indiscriminada con otros clientes del local y con los camareros que trataban de calmarlos.