Subirán está acusado de promover una denuncia falsa contra los policías nacionales que le investigaban.

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El exfiscal Miguel Ángel Subirán volvió al banquillo de los acusados. Afronta una petición de tres años de prisión por parte de la Fiscalía por simulación de delito: está acusado de incitar una denuncia falsa contra el comisario y el inspector de la Policía Nacional que se encargaron de la investigación en contra de él y del juez Manuel Penalva que desembocó en su condena a nueve años de cárcel por el Tribunal Superior de Justicia.

La defensa del antiguo fiscal Anticorrupción provocó la suspensión in extremis del juicio. Al inicio de la vista, su abogado, Javier Barinaga, planteó la recusación de la magistrada encargada del caso. Según sostiene, la titular del juzgado de lo Penal suscribió en el año 2020 un auto en la Audiencia Provincial que rechazaba un recurso relacionado con esta causa. «Este letrado se percató el día de ayer. No hay mala fé», dijo.

La Fiscalía, representada en este procedimiento por el fiscal superior de Castilla-La Mancha, Emilio Manuel Fernández García, se opuso a la petición. Considera que está presentada fuera de plazo. Lo mismo hizo el abogado de la acusación particular. «Se ha esperado a la tarde previa al juicio, cuando se tiene el expediente desde sabe Dios qué fecha». Legalmente el plazo para una recusación es de diez días tras conocer los motivos.

Meses

La magistrada admitió a trámite el incidente de recusación, que retrasará la posible celebración de la vista durante meses. Este incidente tendrá que ir a la Audiencia Provincial para ser resuelto allí.
Subirán se sienta en el banquillo por unos hechos que datan del año 2020, cuando la investigación en el TSJIB estaba abierta. Comparte acusación con un antiguo testigo protegido del ‘caso Cursach'. Ese año, esta persona presentó una denuncia en la Policía Nacional. Decía que había sufrido un ataque con ácido. El Grupo de Homicidios asumió la investigación y concluyó que el relato de este testigo era completamente inverosímil. Tras la declaración de esta persona en la jefatura de policía, el testigo habló con Subirán. De ahí surgió una denuncia contra el comisario y el inspector. Según ese documento habían presionado al testigo del ácido. Ocurre que nunca se habían cruzado siquiera con él, según denunció en su momento ante el TSJIB la propia policía.

Subirán estuvo acompañado por el exjuez Manuel Penalva, condenado junto él en el TSJIB. Esa sentencia está pendiente de revisión en el Tribunal Supremo y aún no es firme.