El acusado, José Enrique Cabellos, este martes a su llegada a los juzgados de Vía Alemania, en Palma. | R.S.

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Un agente de la Policía Nacional que participó en el registro de la casa de José Enrique Cabellos, el ex comisario de la Policía Local de Palma acusado de corrupción de menores, ha explicado este martes en el juicio celebrado en Vía Alemania que el jubilado le reconoció que le «gustaban las jovencitas». El exmando, que admitió abiertamente ser consumidor de pornografía «pero no infantil», se enfrenta a nueve meses de prisión.

El abogado de Cabellos, Fernando Alberich, solicitó antes de iniciarse la vista la nulidad de la inspección en la vivienda de Cabellos al entender que no estaba «suficientemente motivada» y por ello ha solicitado a la juez que anule toda la causa y absuelva al acusado. El Ministerio Público se opuso a dicha petición y añadió que «había indicios de criminalidad que se constataron hallando efectos en su casa».

Durante su breve declaración, ya que solo ha contestado a preguntas de su letrado, el excomisario, de 71 años de edad, no admitió haberse descargado el material de pornografía infantil que se descubrió en casa tras la entrada y registro ordenada por un juzgado de Instrucción de la capital balear. «Me gusta la pornografía, pero no la infantil», sentenció.

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Uno de los agentes del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional ha recordado cómo se inició la investigación que acabó con el arresto del exmando. «Nos avisó la Policía Local de que en un traslado de mobiliario encontraron efectos personales del acusado y entre sus cosas aparecieron cedés con imágenes de pornografía infantil», ha explicado. El procesado nombraba el material y «reconocimos su letra», apostilló.

No había duda para los agentes de que lo hallado en dicho despacho era de Cabellos, a pesar de que se había jubilado hacía años. Otro de los funcionarios relató que el acusado les reconoció en su casa durante el registro que «le gustaban las jovencitas». Allí los investigadores se incautaron de distintos dispositivos electrónicos, tales como una tablet y dos varios discos duros. En ellos encontraron cerca de 200 archivos, entre vídeos y fotos, de material pedófilo. El 12 de junio del año pasado fue arrestado como presunto autor de un delito de corrupción de menores.

Fue un policía local de Palma quien descubrió meses antes en dependencias municipales los archivos que dieron pie al arresto y posterior imputación del examando. «Vacié un armario del que había sido su despacho y me dijeron que si se podía tirar todo y lo revisé. Había libros, ropa y cedés. Miré uno de ellos y vi fotos personales suyas y después de niñas teniendo sexo. También había de adultos», sostuvo. Otro excompañero explicó que «nadie sospechaba nada» de la conducta de Cabellos. El juicio quedó visto para sentencia.