El sospechoso, camino de los calabozos de la Policía Nacional. | CNP

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Y eso que dicen que las casualidades no existen. La Policía Nacional ha detenido a un hombre en Palma que escondía 87 kilos de hachís y más de 300 gramos de cocaína tras dejar su vehículo en el sitio de un agente en el parking comunitario. Los funcionarios vieron al sospechoso con dos bolsas grandes y comprobaron que del vehículo emanaba un fuerte olor a sustancia estupefaciente. El narco, marroquí de 49 años, ha sido enviado a prisión por la autoridad judicial.

Tal y como ha informado la Jefatura Provincial este lunes, los hechos se remontan al viernes por la mañana. Un agente de la Policía Nacional libre de servicio cogió su vehículo para dirigirse a buscar a otros dos policías que venían de visita. A la vuelta accedió al garaje y vio como había otro coche en su plaza. Los tres funcionarios se acercaron al turismo y de golpe vieron cómo salía un olor muy fuerte a droga. Segundo después apareció el sospechoso con dos bolsas de rafia y de repente empezó a ponerse nervioso. Los bultos estaban repletos de hachís.

Los policías detuvieron al momento al hombre y avisaron a los agentes del Grupo I de Estupefacientes y a una patrulla de Seguridad Ciudadana. Al sospechoso se le intervinieron las llaves del coche y del trastero. Tras registrar el vehículo encontraron tres envoltorios con cocaína en la guantera y uno en el maletero. En el trastero hallaron cajas de cartón con hachís. El total de dicha sustancia se situó en más de 87 kilos de hachís y 300 de cocaína.

Los agentes comprobaron que el detenido no vivía en dicha comunidad y que consiguió alquilar un trastero a una vecina. El sábado por la tarde, horas después de su arresto, pasó a disposición judicial y la magistrada dictó orden de prisión provisional para el varón.