El modelo de Autoclick funcionó durante varios años y tuvo una gran expansión. | A.G.

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Los juzgados alemanes prevén ser rápidos a la hora de decidir sobre Salvador Llinàs y tener resuelta la decisión sobre si se le extradita a España o a Italia en menos de dos semanas. Las apuestas apuntan a los juzgados de Palma. Tres órganos de instrucción diferentes tienen denuncias por estafa contra el supuesto cerebro de la trama de Autoclick. Además, en la causa principal, que sigue Instrucción 9 de Palma se encuentran las mismas facturas de ventas de vehículos por las que también está acusado en Italia.

La única diferencia entre ambos procedimientos se encuentra en el posible delito fiscal cometido en el país transalpino. También, en todo caso, las denuncias registradas en España son anteriores a la causa iniciada en Italia y se incoaron casi dos años antes. Llinàs está asistido en Alemania por un abogado de oficio que será el encargado de tramitar su extradición y de intentar que sea encaminado primero a España.

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El destino más probable, en ese caso, sería el ingreso en una cárcel de Madrid. Desde ahí tendría que comparecer ante los juzgados de Instrucción de Palma que le reclaman para que estos órganos decidan sobre su situación procesal. Tras más de seis años fugado, la prisión preventiva entra dentro de las previsiones más lógicas. Además de las causas de Palma, un juzgado de Barcelona tramita una denuncia contra una sociedad de la que fue administrador Llinàs durante cerca de una década y a través de la cual canalizaba inversiones inmobiliarias.

En la principal causa contra Llinàs, Autoclick, están personadas decenas de afectados, con varias entidades financieras al frente que eran quienes concertaban contratos de renting. Así, suministraban centenares de vehículos a la empresa que, primero iban destinados al alquiler. Tras esa explotación, luego se revendían. El problema es que, en numerosos casos, Autoclick ejecutaba las ventas sin haber terminado de pagar los aranceles para conseguir el dominio de los vehículos y, por tanto, vendía coches que no eran suyos. Algunos de los afectados se dieron cuenta cuando intentaron dar de alta los coches a su nombre y se encontraron con que el vendedor no era real. Al intentar contactar con Llinàs para aclarar lo ocurrido, se había desvanecido.

Tras seis años fugado en Taiwan, las autoridades del país asiático le deportaron a principios de este mes. Una publicación en un diario italiano que le ubicaba allí hizo reaccionar a las autoridades. El destino fue Alemania tras una negociación con la embajada de este país en Taiwan. Desde principios de esta semana está en prisión preventiva a la espera de la decisión germana.