Imagen de archivo de la empresa Autoclick en el polígono de Son Oms.

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De vender coches que no eran suyos a fugarse a una isla del Pacífico. Esa fue la jugada de Salvador Llinàs, el cabecilla de una de las estafas millonarias más sonadas de las últimas décadas en Mallorca, ahora detenido en Taiwán después de años en búsqueda por la justicia española. El fraude de Autoclick salió a la luz en Mallorca a mediados de 2018 cuando una empresa de alquiler de coches, fundada en 2014 y que se había expandido hasta tener oficinas en 23 países europeos y una flota de más de 20.000 vehículos, estaba siendo investigada por vender por todo el continente automóviles que no eran suyos.

Llinàs, junto con su hermano, abrió hace una década en Son Oms la empresa de alquiler de vehículos Autoclick. El negocio, que más tarde se confirmaría que era una estafa a escala internacional, estaba vinculado al alquiler de coches, pero en realidad se había hecho con una flota que no era de su propiedad y se dedicaba a venderla a múltiples empresas de toda Europa que jamás llegaron a recibir la documentación de compraventa, ni los vehículos.

Varios grupos automovilísticos los que pusieron la primera denuncia ante la Guardia Civil por la desaparición de una parte de los vehículos que habían alquilado a la empresa con sede en Mallorca y de la que más tarde se descubriría un fraude de 40 millones de euros. La estafa fue denunciado tanto por los propietarios de los vehículos como por los compradores finales, entre ellos sociedades bancarias y concesionarios que adquirieron los coches, pero no los pudieron utilizar porque nunca recibieron la documentación. En 2019, un año después de empezar la investigación, la empresa se declaró en quiebra.

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En el proceso judicial se personaron más de medio centenar de empresas y particulares perjudicados, ya que Autoclick contaba con sucursales en Madrid, Barcelona, Alicante y Palma. La cuantía de la estafa superaba los 50 millones de euros. Un juez de Palma dictó una orden internacional de detención contra Salvador y también contra sus dos hermanos, Antonio y Mónica. Los dos hermanos acudieron a declaran a los juzgados de Palma y respondieron por una serie de operaciones inmobiliarias supuestamente fraudulentas. Ambos coincidieron en que se retrocedieron ambas y no llegaron a formalizarse y que, en todo caso, fueron ideadas y llevadas a cabo por su hermano ya que ambos tienen su residencia fijada en México.

De fugarse a abrir un restaurante en Taiwán

Del cabecilla, Salvador Llinàs, ni rastro, aunque en aquel momento ya se sospechaba que podría haberse refugiado en algún país asiático, donde la prensa asegura que llevó una vida tranquila con su familia y abrió distintos negocios, entre ellos un restaurante de comida española. Tal y como puede verse en Tripadvisor, el mallorquín dirigía un local llamado Malavida ubicado en la ciudad de Taipei.

Los tres son hijos de Salvador Llinàs Bauzá, otro empresario fugado de la justicia española en 2008 tras su implicación en una trama de blanqueo y evasión de capitales, también relacionada con los coches de alquiler y una estafa inmobiliaria. Salvador padre se escondió en Paraguay, donde en 2022 fue detenido y extraditado a España. Fue sentenciado por la Audiencia Provincial de Palma a dos años y ocho meses de cárcel.